Talált 186 Eredmények: buenos frutos

  • Yo los hice entrar en un país de vergeles, para que comieran de sus frutos y sus bienes; pero ustedes entraron y contaminaron mi país e hicieron de mi herencia una abominación. (Jeremías 2, 7)

  • Por eso, así habla el Señor: Miren que mi ira y mi furor se van a derramar sobre este lugar, sobre los hombres y los animales, sobre los árboles de los campos y los frutos del suelo: ¡arderá mi furor y no se extinguirá! (Jeremías 7, 20)

  • Una canasta tenía higos muy buenos, como brevas; la otra tenía higos muy malos, tan malos que no se los podía comer. (Jeremías 24, 2)

  • El Señor me dijo: "¿Qué ves, Jeremías?". "Higos, respondí; los higos buenos son muy buenos; los higos malos son muy malos, tan malos que no se los puede comer". (Jeremías 24, 3)

  • Así habla el Señor, Dios de Israel: Como a estos higos buenos, así miraré yo para su bien a los deportados de Judá que envié de este lugar al país de los caldeos. (Jeremías 24, 5)

  • Construyan casas y habítenlas; planten huertas y coman sus frutos; (Jeremías 29, 5)

  • Porque él nos mandó decir a Babilonia: ‘Esto va para largo. Construyan casas, y habítenlas; planten huertas y coman sus frutos...’". (Jeremías 29, 28)

  • de nuevo plantarás viñas sobre los montes de Samaría: los que las planten tendrán los primeros frutos. (Jeremías 31, 5)

  • Yo permaneceré en Mispá, para estar a las órdenes de los caldeos que vengan hasta nosotros. En cuanto a ustedes, recojan el vino, los frutos y el aceite, pónganlos en recipientes, y permanezcan en las ciudades que ocupan". (Jeremías 40, 10)

  • Todos esos judíos volvieron de los lugares adonde habían sido expulsados; y una vez llegados al país de Judá, junto a Godolías, en Mispá, recogieron vino y frutos en gran cantidad. (Jeremías 40, 12)

  • Fueron más dichosos los muertos por la espada, que los muertos por el hambre: aquellos se desangraron, traspasados; estos, por falta de frutos en los campos. (Lamentaciones 4, 9)

  • Ella estaba plantada en un campo fértil, junto a abundantes aguas, para dar sarmientos y producir frutos, para convertirse en una espléndida vid. (Ezequiel 17, 8)


“Os talentos de que fala o Evangelho são os cinco sentidos, a inteligência e a vontade. Quem tem mais talentos, tem maior dever de usá-los para o bem dos outros.” São Padre Pio de Pietrelcina