Talált 111 Eredmények: meseta de Judea
Pero recibirán la fuerza del Espíritu Santo cuando venga sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los extremos de la tierra.» (Hecho de los Apóstoles 1, 8)
Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, habitantes de Mesopotamia, Judea, Capadocia, del Ponto y Asia, (Hecho de los Apóstoles 2, 9)
Saulo estaba allí y aprobaba el asesinato. Este fue el comienzo de una gran persecución contra la Iglesia de Jerusalén. Todos, excepto los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaría. (Hecho de los Apóstoles 8, 1)
La Iglesia por entonces gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaría. Se edificaba, caminaba con los ojos puestos en el Señor y estaba llena del consuelo del Espíritu Santo. (Hecho de los Apóstoles 9, 31)
Los apóstoles y los hermanos de Judea tuvieron noticias de que también personas no judías habían acogido la Palabra de Dios. Por eso, (Hecho de los Apóstoles 11, 1)
Entonces cada uno de los discípulos empezó a ahorrar según sus posibilidades, destinando esta ayuda a los hermanos de Judea. (Hecho de los Apóstoles 11, 29)
Herodes ordenó buscarlo y, como no lo encontraron, hizo procesar y ejecutar a los guardias. Después bajó de Judea a Cesarea y se quedó allí. (Hecho de los Apóstoles 12, 19)
Llegaron algunos de Judea que aleccionaban a los hermanos con estas palabras: «Ustedes no pueden salvarse, a no ser que se circunciden como lo manda Moisés.» (Hecho de los Apóstoles 15, 1)
Llevábamos allí algunos días, cuando nos salió al encuentro un profeta de Judea, llamado Agabo. (Hecho de los Apóstoles 21, 10)
Todos, por supuesto, dieron gloria a Dios por lo que escuchaban, pero luego le dijeron: «Bien sabes, hermano, cuántas decenas de millares de judíos han abrazado la fe en Judea, y todos ellos son celosos partidarios de la Ley. (Hecho de los Apóstoles 21, 20)
Le respondieron: «Nosotros no hemos recibido ninguna carta de Judea referente a ti, y ninguno de los hermanos que han venido de allá nos ha dicho o transmitido mensaje alguno contra ti. (Hecho de los Apóstoles 28, 21)
para que pueda escapar de los enemigos de la fe en Judea y para que la comunidad reciba con agrado la ayuda que le llevo. (Carta a los Romanos 15, 31)