Talált 111 Eredmények: meseta de Judea

  • Estando todavía en Persia, le comunicaron las derrotas de los ejércitos enviados a Judea. Le dijeron (1 Macabeos 6, 5)

  • Ahora recuerdo los males que cometí en Jerusalén, los objetos de oro y plata que robé, los habitantes de Judea que mandé matar sin motivo. (1 Macabeos 6, 12)

  • Las tropas del rey subieron a Jerusalén para darles alcance, y el rey dispuso sus campamentos en Judea y en torno al monte Sión. (1 Macabeos 6, 48)

  • Pero escaseaban los alimentos en los almacenes, por ser el año séptimo, y porque los israelitas llegados a Judea de los países paganos habían consumido las reservas. (1 Macabeos 6, 53)

  • Partieron con un numeroso ejército. Al llegar a Judea, enviaron a Judas y a sus hermanos falsas proposiciones de paz. (1 Macabeos 7, 10)

  • y lo ayudaron todos los que perturbaban al pueblo. Eran los dueños del país de Judea y perjudicaron mucho a los israelitas. (1 Macabeos 7, 22)

  • Entonces organizó expediciones por todo el territorio de Judea para hacer justicia de esos traidores e impedirles andar por el país. (1 Macabeos 7, 24)

  • la gente salía de todas las aldeas de Judea y rodeaban a los fugitivos obligándolos a volverse para defender su vida. (1 Macabeos 7, 46)

  • Cuando Demetrio se enteró de la muerte de Nicanor y de la derrota de su ejército, mandó otra vez a Báquides y Alcimo a Judea con las mejores tropas de su ejército. (1 Macabeos 9, 1)

  • Báquides volvió a Jerusalén. Empezó a construir ciudades fortificadas en Judea, las fortalezas de Jericó, Emaús, Betorón, Betel, Tamnata, Faratón y Tefón, con altas murallas y puertas con cerrojos, (1 Macabeos 9, 50)

  • Báquides se puso en camino con numerosas tropas. Mandó clandestinamente cartas a sus partidarios de Judea para que tomaran preso a Jonatán y a los suyos, pero no tuvieron éxito, porque fueron descubiertos sus planes. (1 Macabeos 9, 60)

  • Apenas lo supo Báquides, reunió toda su gente y avisó a sus partidarios de Judea. (1 Macabeos 9, 63)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina