Fundar 35 Resultados para: salvajes

  • Otros, como asnos salvajes en el desierto, salen en busca de comida, del alimento que la estepa les da para sus crías. (Job 24, 5)

  • Las montañas le ofrecen su tributo, y todas las bestias salvajes que retozan allí. (Job 40, 20)

  • abrevan a todas las bestias de los campos, en ellas los asnos salvajes apagan su sed; (Salmos 104, 11)

  • bestias salvajes y todos los ganados, reptiles y pájaros que vuelan, (Salmos 148, 10)

  • Al marchar, dejó ministros suyos para hacer mal al pueblo: en Jerusalén, a Filipo, de origen frigio y de modales más salvajes que el que lo había puesto; (II Macabeos 5, 22)

  • Después, postrados en tierra, pedían al Señor que no volvieran ya a caer jamás en semejantes males; sino que, si de nuevo cometían la iniquidad, los castigara él mismo blandamente, sin entregarlos de nuevo en manos de gentiles, salvajes y blasfemos. (II Macabeos 10, 4)

  • Durante ocho días celebraron con regocijo la fiesta como la de los tabernáculos, recordando que poco antes habían pasado la fiesta de los tabernáculos en montes y cuevas, como si fueran animales salvajes. (II Macabeos 10, 6)

  • El rey venía con el corazón lleno de propósitos salvajes, dispuesto a tratar a los judíos peor que su padre. (II Macabeos 13, 9)

  • Pues el palacio está desierto, el bullicio de la ciudad ha enmudecido, el Ofel y la torre de guardia se han convertido para siempre en cavernas, en solaz de los asnos salvajes y pasto de los rebaños. (Isaías 32, 14)

  • Gatos salvajes y hienas se darán allí cita, y los sátiros se reunirán; también allí se tumbará Lilit, y encontrará su lugar de reposo. (Isaías 34, 14)

  • Los asnos salvajes, tendidos sobre las colinas peladas, aspiran el aire como los chacales, mientras sus ojos palidecen por falta de pasto. (Jeremías 14, 6)

  • Morirán de mala muerte; no serán llorados ni sepultados, sino que quedarán como estiércol en el campo; perecerán por la espada y el hambre, y sus cadáveres serán pasto de las aves del cielo y de las bestias salvajes". (Jeremías 16, 4)


“As almas não são oferecidas como dom; compram-se. Vós ignorais quanto custaram a Jesus. É sempre com a mesma moeda que é preciso pagá-las”. São Padre Pio de Pietrelcina