Fundar 3535 Resultados para: sal

  • Al tercer día José les dijo: "Haced esto para salvar la vida, porque yo temo a Dios: (Génesis 42, 18)

  • y dijo a sus hermanos: "Me han devuelto mi dinero: está aquí en mi saco". Con el corazón sobresaltado y temblando se decían unos a otros: "¿Qué es lo que Dios nos ha hecho?". (Génesis 42, 28)

  • Entonces Judá dijo a su padre, Israel: "Deja venir conmigo al muchacho; salgamos inmediatamente, si queremos vivir y no morir nosotros, tú y nuestros hijos. (Génesis 43, 8)

  • Yo salgo fiador de él; a mí me pedirás cuenta. Si no te lo devuelvo, si no te lo traigo, yo seré culpable ante ti toda mi vida. (Génesis 43, 9)

  • José salió apresuradamente porque estaba muy emocionado a la vista de su hermano y se le saltaban las lágrimas. Entró en su habitación y se puso a llorar. (Génesis 43, 30)

  • Apenas habían salido de la ciudad, de la que no estaban lejos, cuando José dijo a su mayordomo: "Levántate, sigue a esos hombres, dales alcance y diles: ¿Por qué habéis devuelto mal por bien? (Génesis 44, 4)

  • Uno salió cuando estaba conmigo y seguramente fue despedazado, pues ya no lo he vuelto a ver; (Génesis 44, 28)

  • Tu siervo salió fiador del joven ante mi padre, diciendo: Si no te lo devuelvo, seré culpable ante mi padre toda mi vida. (Génesis 44, 32)

  • José no podía ya contenerse delante de todos los presentes y gritó: "Salid todos de mi presencia". Y no quedó nadie con él cuando se dio a conocer a sus hermanos. (Génesis 45, 1)

  • Pero ahora no estéis apenados ni os pese el haberme vendido aquí, pues fue Dios quien me envió delante de vosotros para salvar vuestras vidas. (Génesis 45, 5)

  • Dios me ha enviado delante de vosotros para asegurar vuestra supervivencia en el país y salvar la vida de muchos de vosotros. (Génesis 45, 7)

  • José hizo enganchar su carro y salió al encuentro de su padre, Israel, a Gosen. Al verlo, se echó a su cuello y lloró largamente abrazado a él. (Génesis 46, 29)


“Caminhe com alegria e com o coração o mais sincero e aberto que puder. E quando não conseguir manter esta santa alegria, ao menos não perca nunca o valor e a confiança em Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina