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  • El pueblo había sido contado y, en efecto, no había ninguno de Yabés de Galaad. (Jueces 21, 9)

  • He determinado informarte para decirte: Cómpralo en presencia de los ancianos de la ciudad. Si quieres comprarlo, cómpralo; si no, dímelo, porque antes de ti no hay ninguno que pueda comprarlo, y yo soy el segundo". Él respondió: "Lo compraré". (Rut 4, 4)

  • Se acerca el día en que yo cortaré tu brazo y el brazo de la casa de tu padre, de suerte que ninguno llegará a viejo en tu casa. (I Samuel 2, 31)

  • Verás con envidia todo el bien que voy a hacer en Israel y ninguno llegará a viejo en tu casa. (I Samuel 2, 32)

  • Por eso cuando llegó el día del combate ninguno de los que seguían a Saúl y Jonatán tenía espada o lanza. Sólo la tenían ellos dos. (I Samuel 13, 22)

  • Porque, vive el Señor, el salvador de Israel, que, aunque se trate de mi hijo Jonatán, morirá irremisiblemente". Ninguno de entre el pueblo respondió nada. (I Samuel 14, 39)

  • Jesé hizo pasar a sus siete hijos ante Samuel. Y Samuel le dijo: "El Señor no ha elegido a ninguno de ellos". (I Samuel 16, 10)

  • Todos conspiráis contra mí, pues nadie me ha dicho que mi hijo ha hecho un pacto con el hijo de Jesé; ninguno de vosotros tiene compasión de mí y ninguno me informa de que mi hijo ha levantado a mi siervo contra mí para tenderme asechanzas, como hoy lo hace". (I Samuel 22, 8)

  • Durante todo el tiempo que anduve errante con los israelitas jamás dije a ninguno de los jueces de Israel, a los que puse para que gobernaran a mi pueblo, que me construyera una casa de cedro. (II Samuel 7, 7)

  • David y todo el pueblo que le acompañaba se pusieron en marcha y pasaron el Jordán, de modo que al amanecer no quedaba ninguno que no hubiese pasado el Jordán. (II Samuel 17, 22)

  • Mas el rey de Siria había dado estas órdenes a los treinta y dos jefes de sus carros: "No ataquéis a ninguno, sea oficial o soldado raso, sino únicamente al rey de Israel". (I Reyes 22, 31)

  • Jehú y Jonadab, hijo de Recab, entraron en el templo de Baal; Jehú ordenó a los adoradores de Baal: "Registrad y mirad para que no haya aquí con vosotros ninguno de los adoradores del Señor, sino únicamente adoradores de Baal". (II Reyes 10, 23)


“Não se fixe voluntariamente naquilo que o inimigo da alma lhe apresenta.” São Padre Pio de Pietrelcina