Encontrados 125 resultados para: Ninguno

  • El pueblo había sido contado y, en efecto, no había ninguno de Yabés de Galaad. (Jueces 21, 9)

  • He determinado informarte para decirte: Cómpralo en presencia de los ancianos de la ciudad. Si quieres comprarlo, cómpralo; si no, dímelo, porque antes de ti no hay ninguno que pueda comprarlo, y yo soy el segundo". Él respondió: "Lo compraré". (Rut 4, 4)

  • Se acerca el día en que yo cortaré tu brazo y el brazo de la casa de tu padre, de suerte que ninguno llegará a viejo en tu casa. (I Samuel 2, 31)

  • Verás con envidia todo el bien que voy a hacer en Israel y ninguno llegará a viejo en tu casa. (I Samuel 2, 32)

  • Por eso cuando llegó el día del combate ninguno de los que seguían a Saúl y Jonatán tenía espada o lanza. Sólo la tenían ellos dos. (I Samuel 13, 22)

  • Porque, vive el Señor, el salvador de Israel, que, aunque se trate de mi hijo Jonatán, morirá irremisiblemente". Ninguno de entre el pueblo respondió nada. (I Samuel 14, 39)

  • Jesé hizo pasar a sus siete hijos ante Samuel. Y Samuel le dijo: "El Señor no ha elegido a ninguno de ellos". (I Samuel 16, 10)

  • Todos conspiráis contra mí, pues nadie me ha dicho que mi hijo ha hecho un pacto con el hijo de Jesé; ninguno de vosotros tiene compasión de mí y ninguno me informa de que mi hijo ha levantado a mi siervo contra mí para tenderme asechanzas, como hoy lo hace". (I Samuel 22, 8)

  • Durante todo el tiempo que anduve errante con los israelitas jamás dije a ninguno de los jueces de Israel, a los que puse para que gobernaran a mi pueblo, que me construyera una casa de cedro. (II Samuel 7, 7)

  • David y todo el pueblo que le acompañaba se pusieron en marcha y pasaron el Jordán, de modo que al amanecer no quedaba ninguno que no hubiese pasado el Jordán. (II Samuel 17, 22)

  • Mas el rey de Siria había dado estas órdenes a los treinta y dos jefes de sus carros: "No ataquéis a ninguno, sea oficial o soldado raso, sino únicamente al rey de Israel". (I Reyes 22, 31)

  • Jehú y Jonadab, hijo de Recab, entraron en el templo de Baal; Jehú ordenó a los adoradores de Baal: "Registrad y mirad para que no haya aquí con vosotros ninguno de los adoradores del Señor, sino únicamente adoradores de Baal". (II Reyes 10, 23)


“Onde há mais sacrifício, há mais generosidade.” São Padre Pio de Pietrelcina