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Levántate, Jerusalén, sube a lo alto, vuelve tus ojos hacia oriente y mira a tus hijos reunidos del oriente al occidente por la palabra del santo, alegres del recuerdo de Dios. (Baruc 5, 5)
las nubes, cuando reciben de Dios la orden de recorrer toda la tierra, la ejecutan al punto; y el fuego, enviado de lo alto a devorar montes y bosques, cumple lo que se le ha encomendado. (Baruc 6, 61)
Así estaban sus alas desplegadas hacia lo alto: cada uno tenía dos alas que se tocaban mutuamente, y otras dos que le cubrían el cuerpo. (Ezequiel 1, 11)
Los querubines alzaron sus alas y se elevaron de la tierra ante mi vista, y las ruedas se elevaron también junto a ellos. Fueron a posarse a la entrada de la puerta oriental del templo del Señor, y la gloria del Dios de Israel estaba en alto por encima de ellos. (Ezequiel 10, 19)
Los querubines alzaron entonces sus alas y las ruedas se pusieron en movimiento al mismo tiempo que ellos, mientras la gloria del Dios de Israel estaba sobre ellos, en lo alto. (Ezequiel 11, 22)
Esto dice el Señor Dios: "También yo tomaré la copa de un alto cedro y la plantaré; de la punta de sus ramas tomaré un ramo y lo plantaré yo mismo en un monte muy alto, (Ezequiel 17, 22)
Yo los llevé hasta la tierra que había jurado, mano en alto, darles. Pero al ver cualquier colina elevada o cualquier árbol frondoso, ofrecieron allí sus sacrificios, presentaron sus ofrendas irritantes, quemaron sus perfumes y derramaron sus ofrendas de vino. (Ezequiel 20, 28)
Yo les pregunté: ¿Qué es el lugar alto donde vosotros vais? Y ellos le pusieron el nombre de colina, hasta el día de hoy. (Ezequiel 20, 29)
Y sabréis que yo soy el Señor, cuando os haya reintegrado a la tierra de Israel, al país que juré, mano en alto, dar a vuestros padres. (Ezequiel 20, 42)
Esto dice el Señor Dios: Quítate el turbante y la corona. Todo cambiará; lo humilde será exaltado y lo alto será humillado. (Ezequiel 21, 31)
Yo vi un muro exterior, que rodeaba el templo por todas partes. La vara de medir que el personaje tenía en sus manos era de tres metros. Luego midió el muro, y tenía una vara de ancho y otra de alto. (Ezequiel 40, 5)
un altar de madera de metro y medio de alto, un metro de largo y uno de ancho; sus ángulos, su base y su pared eran de madera. Y me dijo el personaje: "Ésta es la mesa que está delante del Señor". (Ezequiel 41, 22)