Fundar 758 Resultados para: purificación después del parto

  • Isaac volvió a cavar los pozos de agua que habían cavado los siervos de su padre Abraham, y que los filisteos habián cegado después de la muerte de Abraham, y les puso los mismos nombres que les había puesto su padre. (Génesis 26, 18)

  • Después tomó Rebeca ropas de Esaú, su hijo mayor, las más preciosas que tenía en casa, y vistió a Jacob, su hijo pequeño. (Génesis 27, 15)

  • Después dio a luz una hija a la que llamó Dina. (Génesis 30, 21)

  • Puso a las siervas y sus niños al frente; después a Lía y sus niños, y a Raquel y José en la zaga, (Génesis 33, 2)

  • Partieron de Betel, y cuando aún faltaba un trecho hasta Efratá, Raquel tuvo un mal parto. (Génesis 35, 16)

  • Sucedió que, en medio de los apuros del parto, le dijo la comadrona: «¡Animo, que también este es hijo!» (Génesis 35, 17)

  • Hijos de Lía: el primogénito de Jacob, Rubén; después Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón. (Génesis 35, 23)

  • Al tiempo del parto resultó que tenía dos mellizos en el vientre. (Génesis 38, 27)

  • Y ocurrió que, durante el parto, uno de ellos sacó la mano, y la partera le agarró y le ató una cinta escarlata a la mano, diciendo: «Este ha salido primero.» (Génesis 38, 28)

  • Después de estas cosas sucedió que el escanciador y el panadero del rey de Egipto ofendieron a su señor, el rey de Egipto. (Génesis 40, 1)

  • Pero he aquí que otras siete espigas flacas y asolanadas brotaron después de aquéllas (Génesis 41, 6)

  • Pero he aquí que otras siete espigas secas, flacas y asolanadas, brotaban después de aquéllas (Génesis 41, 23)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina