Fundar 99 Resultados para: fuerzas

  • Después de invocar al Señor, que aplasta con energía las fuerzas de los enemigos, los judíos se apoderaron de la ciudad y mataron unos veinticinco mil de los que estaban dentro. (2 Macabeos 12, 28)

  • Pero a causa de su precipitación, no había acertado el golpe y al ver que las tropas ya entraban por las puertas, reunió sus fuerzas para subir a lo alto del muro y se arrojó varonilmente encima de los soldados. (2 Macabeos 14, 43)

  • Entonces te lamentarás, viendo como se agotaron tus fuerzas y tu salud, (Proverbios 5, 11)

  • Una mirada benevolente alegra el corazón, una buena noticia reanima las fuerzas. (Proverbios 15, 30)

  • Aún he visto esto bajo el sol, que la carrera no la ganan los más rápidos, ni la lucha los que tienen más fuerzas; no hay más pan para los sabios, ni más riquezas para los inteligentes, ni máss favores para los entendidos. Pues para todos se da la ocasión y la mala suerte. (Eclesiastés (Qohelet) 9, 11)

  • Feliz tú, país, cuyo rey es un príncipe bien nacido, y cuyos jefes comen a sus horas, para tomar fuerzas y no para embriagarse. (Eclesiastés (Qohelet) 10, 17)

  • Los restos de la obra los emplea para cocer su comida y así recuperar sus fuerzas. (Sabiduría 13, 12)

  • Si se debilita su espíritu, aguántalo; no lo desprecies porque tú te sientes en la plenitud de tus fuerzas. (Sirácides (Eclesiástico) 3, 13)

  • No aspires a algo superior a tus fuerzas, ni te lances a investigar lo que sobrepasa tus capacidades. (Sirácides (Eclesiástico) 3, 21)

  • Ama con todas tus fuerzas al que te ha creado, y no abandones a sus ministros. (Sirácides (Eclesiástico) 7, 30)

  • La ebriedad excita a los insensatos, pero lo pagarán, pues les quita las fuerzas y atrae los golpes. (Sirácides (Eclesiástico) 31, 30)

  • ¡Oh muerte, qué buena es tu sentencia para el que padece necesidad y al que abandonan sus fuerzas, para el anciano gastado que pierde la memoria, que se rebela y pierda la paciencia! (Sirácides (Eclesiástico) 41, 2)


“Todas as pessoas que escolhem a melhor parte (viver em Cristo) devem passar pelas dores de Cristo; algumas mais, algumas menos…” São Padre Pio de Pietrelcina