7. ¿Acaso el Señor lo ha golpeado como golpeó al que lo golpeaba? ¿Lo ha matado como mató a los que lo mataban?





“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina