Gefunden 147 Ergebnisse für: castigo por azotes

  • También enterré a los que mató Senaquerib a su regreso de Judea, después del castigo que recibió del Rey del cielo, a causa de sus blasfemias. En su enojo, mató a muchos israelitas, y yo escondí sus cuerpos y los enterré. Senaquerib los buscó, pero no los encontró. (Tobías 1, 18)

  • ¡Bendito sea Dios! ¡Bendito su gran Nombre! ¡Benditos todos sus ángeles! ¡Bendito sea su Nombre para siempre, porque me castigó, pero tuvo piedad, y ahora veo a mi hijo Tobías! (Tobías 11, 14)

  • Ya ves lo que hizo Nadab con Ajikar, que lo había criado: lo enterró vivo, pero Dios castigó su injusticia. Sacó a Ajikar a la luz y a Nadab lo bajó a las tinieblas eternas por haber intentado matarlo. Ajikar, por dar limosna, se libró de la muerte tramada por Nadab; en cambio, éste cayó en la trampa y pereció. (Tobías 14, 10)

  • Anda, pues, y apodérate de su territorio. Si se entregan a ti, guárdamelos para el día del castigo. (Judit 2, 10)

  • Clamaron a su Dios, que castigó la tierra de Egipto con plagas incurables. Entonces los egipcios los mandaron lejos de ellos. (Judit 5, 12)

  • por lo cual, en castigo, nuestros padres fueron entregados a la espada y al saqueo, y murieron en forma desastrosa ante sus enemigos. (Judit 8, 19)

  • El castigo nos alcanzará en medio de las naciones en que estemos como esclavos, y seremos maltratados por nuestros patrones. No habrá esperanza de que nuestra esclavitud se cambie en una suerte más feliz, sino que el Señor, nuestro Dios, la convertirá en deshonra. (Judit 8, 23)

  • ya que su autor con toda su familia fue ejecutado a las puertas de Susa, recibiendo así el castigo merecido de parte de Dios, Señor del universo. (Ester 16, 18)

  • El hombre engendra su propio castigo así como en las nubes hace estallar el águila el rayo (Job 5, 7)

  • Si es para castigo, harán su voluntad, si es para bendición, será recibida. (Job 37, 13)

  • para ejercer venganza entre los pueblos y dar a las naciones el castigo, (Salmos 149, 7)

  • Todo el que se opusiere a estas decisiones o violare alguna de ellas, se haría merecedor de castigo. (1 Macabeos 14, 45)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina