Encontrados 534 resultados para: monte santo

  • y Dios les hizo saber que lo que ellos anunciaban no era para ellos sino para vosotros esto es lo que ahora os anuncian los que predican el evangelio con el poder del Espíritu Santo enviado del cielo esto es lo que los mismos ángeles están deseando contemplar. (I Pedro 1, 12)

  • antes al contrario sed santos en toda vuestra vida como es santo el que os ha llamado, (I Pedro 1, 15)

  • pues así lo dice la Escritura Sed santos porque yo soy santo. (I Pedro 1, 16)

  • disponeos como piedras vivientes, a ser edificados en casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer víctimas espirituales agradables a Dios por mediación de Jesucristo; (I Pedro 2, 5)

  • Esta voz bajada del cielo la oímos nosotros cuando estábamos con él en el monte santo, (II Pedro 1, 18)

  • pues los profetas nunca hablaron por su propia cuenta, sino que hablaron de parte de Dios movidos por el Espíritu Santo. (II Pedro 1, 21)

  • Mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia que, después de haberlo conocido, apartarse del mandamiento santo que se les había transmitido. (II Pedro 2, 21)

  • Vosotros, sin embargo, habéis recibido la unción que viene del Santo, y todos tenéis conocimiento. (I Juan 2, 20)

  • Vosotros, en cambio, queridos, asentaos en el cimiento de vuestra santa fe, orad en el Espíritu Santo; (Judas 1, 20)

  • Escribe al ángel de la Iglesia de Filadelfia: Esto es lo que dice el santo, el veraz, el que tiene la llave de David, el que abre y nadie cerrará, el que cierra y nadie abrirá: (Apocalipsis 3, 7)

  • Los cuatro animales tenían cada uno seis alas, y alrededor y en el interior estaban llenos de ojos. Y repetían sin cesar día y noche: Santo, santo, santo es el Señor, el todopoderoso, el que era, el que es, el que viene. (Apocalipsis 4, 8)

  • Gritaron con voz potente: "¿Hasta cuándo, tú, el maestro, el santo, el veraz, vas a esperar a hacer justicia y a vengar nuestra sangre de los habitantes de la tierra?". (Apocalipsis 6, 10)


“Reze, reze! Quem muito reza se salva e salva os outros. E qual oração pode ser mais bela e mais aceita a Nossa Senhora do que o Rosario?” São Padre Pio de Pietrelcina