Encontrados 218 resultados para: aquellos
¡Ay de aquellos que añaden casas a casas y juntan campos con campos hasta ocupar todo el lugar y quedar como únicos propietarios del país! (Isaías 5, 8)
¡Ay de aquellos que desde la mañana se dan a las bebidas fuertes, y de noche hasta muy tarde continúan bien calientes de vino! (Isaías 5, 11)
¡Ay de aquellos que tiran del castigo con las cuerdas de la injusticia, y de la pena del pecado como con cuerda de carreta; (Isaías 5, 18)
¡Ay de aquellos que llaman bien al mal y mal al bien; que cambian las tinieblas en luz y la luz en tinieblas; que dan lo amargo por dulce y lo dulce por amargo! (Isaías 5, 20)
¡Ay de aquellos que dictan leyes de iniquidad! ¡Ay de los que publican decretos de opresión; (Isaías 10, 1)
Los habitantes de estas costas dirán aquel día: Mirad en lo que han parado aquellos en quienes confiábamos y a quienes acudíamos para que nos socorriesen y nos librasen del rey de Asiria. ¿Cómo podremos escapar nosotros?". (Isaías 20, 6)
Pero sus ganancias y su salario serán consagrados al Señor. No serán amontonados ni guardados, sino que las ganancias serán para aquellos que moran delante del Señor, a fin de que tengan comida abundante y vestidos lujosos. (Isaías 23, 18)
¡Ay de aquellos que se esconden del Señor para disimular sus designios; de los que maquinan en la oscuridad y dicen: ¿Quién nos ve y nos conoce?! (Isaías 29, 15)
a todos aquellos que llevan mi nombre, a quienes yo crié para mi gloria, a quienes formé y preparé. (Isaías 43, 7)
También de allí saldrás con las manos en la cabeza, porque el Señor ha desechado a aquellos en los que confiabas y no tendrás éxito con ellos. (Jeremías 2, 37)
y cuando os hayáis multiplicado y fructificado en el país, en aquellos días -dice el Señor- no se dirá ya: ¿Dónde está el arca de la alianza del Señor? No se pensará más en ella, no se la recordará más, no se echará de menos ni se hará otra nueva. (Jeremías 3, 16)
En aquellos días irán de la mano la casa de Judá y la casa de Israel, y juntas vendrán del país del norte a la tierra que yo di en herencia a vuestros padres. (Jeremías 3, 18)
