Encontrados 218 resultados para: aquellos
Al cabo de muchos años, cuando Dios quiso, Nehemías, enviado por el rey de Persia, mandó a los descendientes de aquellos sacerdotes que lo habían escondido en busca del fuego. Según ellos nos dijeron, no encontraron fuego, sino un agua muy espesa, y mandó que se la llevaran. (II Macabeos 1, 20)
las manifestaciones celestes en favor de aquellos que luchaban valientemente por la causa del judaísmo, tanto que siendo pocos libertaron todo el país y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros, (II Macabeos 2, 21)
Teniendo presente la cantidad de números y la dificultad que entraña la amplitud de la materia para aquellos que quieren ceñirse al estudio de la historia, (II Macabeos 2, 24)
Apolonio se entrevistó con el rey y le informó de las citadas riquezas. Éste escogió a Heliodoro, que estaba al frente de sus negocios, y le dio orden de apoderarse de aquellos tesoros. (II Macabeos 3, 7)
que era del todo injusto defraudar a aquellos que se habían confiado a la santidad del lugar y a la inviolabilidad del templo, honrado en todo el mundo. (II Macabeos 3, 12)
Pero Heliodoro, siguiendo las órdenes reales, sostenía que todos aquellos tesoros debían ir a manos del rey. (II Macabeos 3, 13)
Precisamente por esto les sobrevino una gran calamidad, pues aquellos mismos cuyas costumbres querían imitar en todo vinieron a ser sus enemigos y tiranos. (II Macabeos 4, 16)
En consecuencia, el rey absolvió a Menelao, causante de tanta crueldad, y condenó a muerte a aquellos infelices, que hubieran sido absueltos aun en el caso de que su causa se hubiera presentado ante un tribunal cruel. (II Macabeos 4, 47)
Inmediatamente se ejecutó la pena capital de aquellos cuyo delito fue defender la causa de la ciudad, el pueblo y los vasos sagrados. (II Macabeos 4, 48)
con el auxilio de Dios quedó humillado por aquellos mismos que había despreciado; se quitó sus ricas vestiduras, huyó a través de los campos como esclavo fugitivo y llegó a Antioquía, profundamente avergonzado y entristecido por la pérdida de su ejército. (II Macabeos 8, 35)
que igualaría en todo con los atenienses a aquellos judíos a quienes había negado la sepultura y que habían de ser arrojados, junto con sus hijos, para pasto de las fieras; (II Macabeos 9, 15)
Se entabló una fuerte batalla, en la cual los de Judas, con la ayuda de Dios, salieron vencedores. Aquellos árabes nómadas, al verse vencidos, pidieron la paz. Por ella se comprometían a darles ganado y ayudarles cuanto pudiesen. (II Macabeos 12, 11)