Encontrados 218 resultados para: aquellos

  • Aquellos cinco reyes se dieron a la fuga y se escondieron en una cueva cerca de Maqueda. (Josué 10, 16)

  • Se quedará en esa ciudad hasta que haya comparecido en juicio ante la comunidad, hasta la muerte del sumo sacerdote que esté en funciones en aquellos días. Entonces el homicida podrá marchar y entrar en su ciudad y en su casa, en la ciudad de donde había huido". (Josué 20, 6)

  • Mirad, yo he repartido entre vosotros por suerte, como heredad para vuestras tribus, estos pueblos que han quedado, lo mismo que aquellos que yo he exterminado desde el Jordán hasta el mar Mediterráneo, a occidente. (Josué 23, 4)

  • Así perezcan todos tus enemigos, oh, Señor; y aquellos que te aman, sean como el sol cuando se levanta con todo vigor". (Jueces 5, 31)

  • Aquéllos cogieron en sus manos los cántaros y trompetas del pueblo. A todos los demás hombres de Israel los mandó a cada uno a su tienda, quedándose sólo con los trescientos. El campamento de los madianitas estaba debajo del suyo, en la llanura. (Jueces 7, 8)

  • Elí oyó el rumor de aquellos gritos, y preguntó: "¿Qué significa este ruido tumultuoso?". Y aquel hombre fue deprisa a informar a Elí. (I Samuel 4, 14)

  • El mensajero respondió a David: "Aquellos hombres tuvieron ventaja sobre nosotros; hicieron una salida contra nosotros al campo, y nosotros los rechazamos hasta la entrada de la puerta; (II Samuel 11, 23)

  • En aquellos días el consejo que daba Ajitófel era considerado como un oráculo de Dios. Así eran considerados todos los consejos de Ajitófel, tanto los que daba a David como los que daba a Absalón. (II Samuel 16, 23)

  • Entonces llegó el cusita y dijo: "Reciba mi señor, el rey, estas buenas noticias. El Señor te ha hecho justicia librándote de todos aquellos que se habían levantado contra ti". (II Samuel 18, 31)

  • Aquellos hombres lo dieron como buen augurio y se apresuraron a tomarle la palabra de la boca, diciendo: "¡Ben Hadad es tu hermano!". Y él añadió: "Id y traédmelo". Ben Hadad se presentó ante Ajab, que le montó en su carro. (I Reyes 20, 33)

  • Él se dio media vuelta, los miró y los maldijo en el nombre del Señor. Entonces salieron del bosque dos osas y despedazaron a cuarenta y dos de aquellos muchachos. (II Reyes 2, 24)

  • ¿Los han librado acaso los dioses de aquellos pueblos, que mis padres han destruido, como Gozán, Jarán, Résef y los habitantes de Edén, que estaban en Telasar? (II Reyes 19, 12)


“Aquele que procura a vaidade das roupas não conseguirá jamais se revestir com a vida de Jesus Cristo.” São Padre Pio de Pietrelcina