Encontrados 218 resultados para: aquellos

  • El Macabeo ordenó su ejército en divisiones, puso a aquellos dos al frente de ellas y marchó contra Timoteo, que tenía una fuerza de ciento veinte mil soldados de infantería y dos mil quinientos de caballería. (II Macabeos 12, 20)

  • Judas los perseguía con furia y ardor, y acuchilló y mató a unos treinta mil de aquellos criminales. (II Macabeos 12, 23)

  • Y oraron al Señor pidiendo que aquel pecado les fuera plenamente perdonado. Judas exhortó a sus tropas a conservarse sin culpa, pues habían visto lo que había sucedido por el pecado de aquellos que habían muerto. (II Macabeos 12, 42)

  • Puesto que si él no hubiera esperado que aquellos muertos habían de resucitar, vano y superfluo hubiera sido orar por ellos. (II Macabeos 12, 44)

  • Ésta fue la historia de Nicanor. Como desde aquellos días la ciudad ha estado en poder de los hebreos, también yo pondré fin a mi obra. (II Macabeos 15, 38)

  • Porque al tener que sufrir y al verse castigados por aquellos mismos seres que tenían por dioses, llegaron a reconocer por Dios verdadero al que antes no querían conocer; por esto cayó sobre ellos la suprema condenación. (Sabiduría 12, 27)

  • Y así aquéllos, aunque estaban ansiosos de alimento, ante el aspecto repugnante de los animales que les enviaste, perdieron las ganas de comer; mientras que tu pueblo, después de una breve privación, gustó un manjar exquisito. (Sabiduría 16, 3)

  • Pues aquéllos merecieron ser privados de la luz y ser encerrados en tinieblas por haber tenido prisioneros a tus hijos, por quienes debía darse al mundo la luz incorruptible de la ley. e) La muerte. (Sabiduría 18, 4)

  • pues los sueños terroríficos les habían advertido ya, para que no pereciesen sin conocer por qué sufrían aquellos males. (Sabiduría 18, 19)

  • Fueron también heridos de ceguera, como aquellos que a la puerta del justo, envueltos en profundas tinieblas, buscaban la entrada de su puerta. (Sabiduría 19, 17)

  • Que sus huesos reflorezcan en sus tumbas; que sus nombres, renovados en sus hijos, sean honrados como conviene a aquellos ilustres varones. (Eclesiástico 46, 12)

  • Los rebeldes y los pecadores serán a una destrozados, y aquellos que se alejen del Señor perecerán. (Isaías 1, 28)


“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina