Encontrados 125 resultados para: Ninguno

  • A ninguno ha ordenado que sea malo, ni ha dado permiso a nadie para pecar. (Eclesiástico 15, 20)

  • En todos los montes que se cavaban con azadón ninguno entrará ya por miedo a las espinas y las zarzas; sólo serán pasto de bueyes, tierra hollada por ovejas. (Isaías 7, 25)

  • Entonces, como una gacela asustada, como ganado que ninguno recoge, se volverá cada uno a su pueblo, cada cual huirá a su país. (Isaías 13, 14)

  • Hasta los cipreses se alegran de ti, hasta los cedros del Líbano: Desde que yaces en la tumba, ninguno sube ya a talarnos. (Isaías 14, 8)

  • Buscad en el libro del Señor y leed: no falta ni uno; ninguno echa de menos a su compañero, pues la boca del Señor lo ha ordenado y su soplo los ha reunido. (Isaías 34, 16)

  • Alzad los ojos a lo alto y mirad: ¿Quién ha creado todos estos astros, sino el que despliega en orden sus mesnadas y llama a cada uno por su nombre? Tanta es su fuerza, tan grande su poder que ninguno falta a su llamada. (Isaías 40, 26)

  • ¿Quién lo había predicho desde antiguo para que lo supiéramos de antemano para que se pueda decir: Justo? No, nadie lo ha predicho, nadie lo ha proclamado; no, ninguno ha oído vuestras palabras. (Isaías 41, 26)

  • Ninguno acusa con justicia, nadie litiga con honradez; se confía en la nada, se habla falsedad, maldad se concibe y se engendra desgracia. (Isaías 59, 4)

  • He escuchado atentamente; no hablan como se debe; ninguno se arrepiente de su perversidad, y dicen: "¿Qué es lo que he hecho?". Todos siguen su desenfrenada carrera, como el caballo vuela donde hierve la lucha. (Jeremías 8, 6)

  • Lo han hecho una desolación lamentable ante mí. ¡Todo el país está arrasado y ninguno se preocupa! (Jeremías 12, 11)

  • ¿Es acaso un vaso vil y roto este hombre, Jeconías, un objeto que ninguno quiere? ¿Por qué han sido expulsados él y su estirpe, y arrojados a una tierra que no conocían? (Jeremías 22, 28)

  • Esto dice el Señor: Inscribid así a este hombre; sin hijos, uno que no prosperó en su tiempo; porque ninguno de su estirpe logrará sentarse en el trono de David y reinar en Judá. (Jeremías 22, 30)


“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina