Encontrados 142 resultados para: trabajo en equipo

  • Glorifica al Señor con un corazón generoso, ofrece sin regatear los primeros frutos de tu trabajo. (Sirácides (Eclesiástico) 35, 7)

  • No consultes jamás a una mujer sobre su rival; a un cobarde a propósito de la guerra; a un negociante sobre una tasa de interés; a un comprador si vendes algo; a un envidioso si se trata de un agradecimiento; a un flojo sobre algo que hay que hacer; a un jornalero por el fin de su trabajo; a un sirviente holgazán por un trabajo pesado. (Sirácides (Eclesiástico) 37, 11)

  • Hay que tener sosiego para adquirir el conocimiento de la Ley; el que no está esclavizado por su trabajo podrá llegar a ser sabio. (Sirácides (Eclesiástico) 38, 24)

  • Lo mismo pasa con cualquier obrero o artesano que trabaja día y noche, con los que graban los sellos y se esfuerzan por variar el diseño. Toda su atención está puesta en el trabajo que hacen, y pasan las noches en vela perfeccionando su obra. (Sirácides (Eclesiástico) 38, 27)

  • Otro tanto ocurre con el herrero sentado junto al yunque, ocupado totalmente en fierro que forja mientras literalmente se derrite por el ardor del fuego. Tiene que protegerse de la fragua y del ruido del martillo que le rompe los tímpanos. Toda su atención está centrada en hacer un trabajo perfecto y se queda hasta altas horas de la noche embelleciendo su obra. (Sirácides (Eclesiástico) 38, 28)

  • Terminen el trabajo de ustedes antes que suene la hora, y cuando sea el tiempo, el Señor los recompensará. (Sirácides (Eclesiástico) 51, 30)

  • El hombre importante quedará como un trapo y su trabajo como una chispa; se quemarán los dos juntos, y no habrá nadie para apagar el fuego. (Isaías 1, 31)

  • Sí, como en el monte Perasim, Yavé se levantará, o como en el valle de Gabaón, se despertará para realizar su obra, obra rara, para hacer su trabajo, trabajo misterioso. (Isaías 28, 21)

  • Así habla Yavé: «El trabajo de Egipto y las ganancias de Etiopía, junto con los sebaítas, de alta estatura, pasarán a poder tuyo y te pertenecerán. Irán detrás de ti encadenados, se agacharán delante de ti y volviendo su cara hacia ti suplicarán: «Sólo en ti está Dios, y no hay otro. (Isaías 45, 14)

  • Ya no edificarán para que otro vaya a vivir, ni plantarán para alimentar a otro. Los de mi pueblo tendrán vida tan larga como la de los árboles y mis elegidos gozarán de los frutos de su trabajo. (Isaías 65, 22)

  • El dios infame se comió el fruto del trabajo de nuestros padres desde nuestra juventud, sus ovejas y sus vacas, sus hijos e hijas. (Jeremías 3, 24)

  • El fundidor dio tan fuerte con el fuelle que el plomo se consumió, pero inútilmente trabajó, pues la escoria no se desprendió. (Jeremías 6, 29)


“O mais belo Credo é o que se pronuncia no escuro, no sacrifício, com esforço”. São Padre Pio de Pietrelcina