Encontrados 130 resultados para: ninguno

  • En cambio, nosotros no reconocemos a otro Dios fuera de él, y en esto radica nuestra esperanza de que no nos mirará con indiferencia, ni a nosotros, ni a ninguno de nuestra raza. (Judit 8, 20)

  • Voy a presentarme a Holofernes, jefe del ejército de ustedes, para hablarle con sinceridad y mostrarle el camino para apoderarse de toda la montaña sin que ninguno de sus hombres sufra daño o pierda su vida.» (Judit 10, 13)

  • Entonces, yo te avisaré para que salgas con tu ejército y ninguno de ellos podrá oponerse. (Judit 11, 18)

  • Luego permanecieron sentados en tierra junto a él siete días y siete noches. Y ninguno le dijo una palabra, porque veían que su dolor era muy grande. (Job 2, 13)

  • Les has oscurecido la razón, y ninguno se arriesga en mi favor. (Job 17, 4)

  • Los escuché a ustedes atentamente, pero veo que nadie critica a Job, ninguno responde a sus razones. (Job 32, 12)

  • Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios. (Salmos 103, 2)

  • Hizo salir a los suyos con oro y plata, y en sus tribus ninguno iba cojeando. (Salmos 105, 37)

  • Dirige a la derecha tu mirada y ve cómo ninguno me conoce. Lejos de mí está cualquier refugio, nadie se preocupa de mi vida. (Salmos 142, 5)

  • Jerusalén estaba sin habitantes, como un desierto. No había ninguno de sus hijos que entrara o saliera. El templo estaba profanado, y extranjeros vivían en la ciudad, que era entonces residencia de paganos. La alegría ya no existía en Jacob, ni la flauta ni la cítara se escuchaban. (1 Macabeos 3, 45)

  • Subieron al monte Sión, alegres y muy contentos, y ofrecieron holocaustos por haber regresado felizmente y sin haber perdido a ninguno de los suyos. (1 Macabeos 5, 54)

  • A pesar de esto, ninguno de ellos se ciñe la corona ni se viste de rey para engrandecerse. (1 Macabeos 8, 14)


“O Santo Sacrifício da Missa é o sufrágio mais eficaz, que ultrapassa todas as orações, as boas obras e as penitências. Infalivelmente produz seu efeito para vantagem das almas por sua virtude própria e imediata.” São Padre Pio de Pietrelcina