Encontrados 130 resultados para: ninguno

  • Ninguno de estos privilegios será anulado jamás. (1 Macabeos 11, 36)

  • No estaría permitido a ninguno del pueblo o de los sacerdotes actuar en contra de estas disposiciones ni contradecir sus órdenes, o hacer reunión pública sin su consentimiento, ni vestir púrpura o llevar el prendedor de oro. (1 Macabeos 14, 44)

  • Los judíos podrán en adelante vivir según sus costumbres en cuanto a las comidas y gobernarse por propias leyes como antes. Ninguno de ellos será molestado en modo alguno por su conducta anterior. (2 Macabeos 11, 31)

  • El grande, el juez y el poderoso son dignos de honor, pero ninguno de ellos es tan grande como el que teme al Señor. (Sirácides (Eclesiástico) 10, 24)

  • Nadie de los suyos se debilita o se cansa, ni se queda dormido o se pone a cabecear, ninguno se suelta los cordones de su zapato. (Isaías 5, 27)

  • se encontrarán unos con otros. Abran el libro de Yavé y lean, ¡ven que no falta ninguno! Así es, pues su misma boca lo ha ordenado y su soplo los ha juntado. (Isaías 34, 16)

  • Serán todos como paja que devora el fuego, ninguno de ellos podrá salvarse de las llamas. -y no serán brasas para el pan, o brasero para calentarse. (Isaías 47, 14)

  • Pero ahora mi carpa está destruida y todos sus cordeles cortados. Mis hijos me han abandonado, no queda ninguno. Ya no hay nadie que pueda levantar mi carpa o extender mis toldos.» (Jeremías 10, 20)

  • Porque estoy mirando todos sus caminos, sin que ninguno se me oculte y sin que su culpa escape a mi vista. (Jeremías 16, 17)

  • Yo castigaré a Semaías de Nejelam y a su familia. Ninguno de los suyos habitará en medio de este pueblo ni verá el bien que voy a hacer a mi pueblo, dice Yavé, porque ha empujado a mi pueblo a la desobediencia contra Yavé.» (Jeremías 29, 32)

  • Pero contestaron: «No podemos tomar vino porque Jonadab, hijo de Recab, nuestro antepasado, nos prohibió hacerlo, diciéndonos: "Ninguno de ustedes ni de sus hijos probará jamás el vino, (Jeremías 35, 6)

  • Nosotros hemos cumplido fielmente lo que nos ordenó nuestro padre Jonadab, hijo de Recab, y así ninguno de nosotros, ni nuestras mujeres ni nuestros hijos ni nuestras hijas, (Jeremías 35, 8)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina