8. El vigía exclamó: «En lo alto de la torre, mi señor, estoy de pie todo el día, y en mi puesto de guardia permanezco alerta toda la noche.





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina