1. Ustedes estaban muertos a causa de sus faltas y sus pecados.

1. Y a vosotros que estabais muertos en vuestros delitos y pecados,

2. Con ellos eguían la corriente de este mundo y al soberano que reina entre el cielo y la tierra, el espíritu que ahora está actuando en los corazones rebeldes.

2. en los cuales vivisteis en otro tiempo según el proceder de este mundo, según el Príncipe del imperio del aire, el Espíritu que actúa en los rebeldes...

3. De ellos éramos también nosotros, y nos dejamos llevar por las codicias humanas, obedeciendo a los deseos de nuestra naturaleza y consintiendo sus proyectos. E íbamos directamente al castigo, lo mismo que los demás.

3. entre ellos vivíamos también todos nosotros en otro tiempo en medio de las concupiscencias de nuestra carne, siguiendo las apetencias de la carne y de los malos pensamientos, destinados por naturaleza, como los demás, a la Cólera...

4. Pero Dios es rico en misericordia: ¡con qué amor tan inmenso nos amó!

4. Pero Dios, rico en misericordia, por el grande amor con que nos amo,

5. Estábamos muertos por nuestras faltas y nos hizo revivir con Cristo: ¡por pura gracia ustedes han sido salvados!

5. estando muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó juntamente con Cristo - por gracia habéis sido salvados -

6. Nos resucitó en Cristo Jesús y con él, para sentarnos con él en el mundo de arriba.

6. y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús,

7. En Cristo Jesús Dios es todo generosidad para con nosotros, por lo que quiere manifestar en los siglos venideros la extraordinaria riqueza de su gracia.

7. a fin de mostrar en los siglos venideros la sobreabundante riqueza de su gracia, por su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.

8. Ustedes han sido salvados por la fe, y lo han sido por gracia. Esto no vino de ustedes, sino que es un don de Dios;

8. Pues habéis sido salvados por la gracia mediante la fe; y esto no viene de vosotros, sino que es un don de Dios;

9. tampoco lo merecieron por sus obras, de manera que nadie tiene por qué sentirse orgulloso.

9. tampoco viene de las obras, para que nadie se gloríe.

10. Lo que somos es obra de Dios: hemos sido creados en Cristo Jesús con miras a las buenas obras que Dios dispuso de antemano para que nos ocupáramos en ellas.

10. En efecto, hechura suya somos: creados en Cristo Jesús, en orden a las buenas obras que de antemano dispuso Dios que practicáramos.

11. Acuérdense de que fueron gente pagana; los que se llaman a sí mismos circuncisos, por una circuncisión quirúrgica, los llamaban a ustedes incircuncisos.

11. Así que, recordad cómo en otro tiempo vosotros, los gentiles según la carne, llamados incircuncisos por la que se llama circuncisión - por una operación practicada en la carne -,

12. En aquel tiempo no esperaban un Mesías, no tenían parte en el pueblo de Israel y no les correspondían las alianzas de Dios ni sus promesas; ustedes vivían en este mundo sin esperanza y sin Dios.

12. estabais a la sazón lejos de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel y extraños a las alianzas de la Promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.

13. Pero ahora, en Cristo Jesús y por su sangre, ustedes que estaban lejos han venido a estar cerca.

13. Mas ahora, en Cristo Jesús, vosotros, los que en otro tiempo estabais lejos, habéis llegado a estar cerca por la sangre de Cristo.

14. El es nuestra paz. El ha destruido el muro de separación, el odio, y de los dos pueblos ha hecho uno solo. En su propia carne

14. Porque él es nuestra paz: el que de los dos pueblos hizo uno, derribando el muro que los separaba, la enemistad,

15. destruyó el sistema represivo de la Ley e hizo la paz; reunió a los dos pueblos en él, creando de los dos un solo hombre nuevo.

15. anulando en su carne la Ley de los mandamientos con sus preceptos, para crear en sí mismo, de los dos, un solo Hombre Nuevo, haciendo la paz,

16. Destruyó el odio en la cruz, y habiendo reunido a los dos pueblos, los reconcilió con Dios por medio de la misma cruz.

16. y reconciliar con Dios a ambos en un solo Cuerpo, por medio de la cruz, dando en sí mismo muerte a la Enemistad.

17. Vino como evangelizador de la paz: paz para ustedes que estaban lejos, y paz para los judíos que estaban cerca.

17. Vino a anunciar la paz: paz a vosotros que estabais lejos, y paz a los que estaban cerca.

18. Y por él los dos pueblos llegamos al Padre en un mismo Espíritu.

18. Pues por él, unos y otros tenemos libre acceso al Padre en un mismo Espíritu.

19. Así, pues, ya no son extranjeros ni huéspedes, sino ciudadanos de la ciudad de los santos; ustedes son de la casa de Dios.

19. Así pues, ya no sois extraños ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y familiares de Dios,

20. Están cimentados en el edificio cuyas bases son los apóstoles y profetas, y cuya piedra angular es Cristo Jesús.

20. edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, siendo la piedra angular Cristo mismo,

21. En él se ajustan los diversos elementos, y la construcción se eleva hasta formar un templo santo en el Señor.

21. en quien toda edificación bien trabada se eleva hasta formar un templo santo en el Señor,

22. En él ustedes se van edificando hasta ser un santuario espiritual de Dios.

22. en quien también vosotros estáis siendo juntamente edificados, hasta ser morada de Dios en el Espíritu.





“O medo excessivo nos faz agir sem amor, mas a confiança excessiva não nos deixa considerar o perigo que vamos enfrentar”. São Padre Pio de Pietrelcina