Salmos, 99
8. Señor, Dios nuestro, tú los escuchabas, tú eras para ellos un Dios paciente, aunque castigabas sus delitos.
8. Señor, Dios nuestro, tú los escuchabas, tú eras para ellos un Dios paciente, aunque castigabas sus delitos.
“Seja grato e beije docemente a mão de Deus. É sempre a mão de um pai que pune porque lhe quer bem” São Padre Pio de Pietrelcina