1. Tú que vives bajo la protección del Dios altísimo y moras a la sombra del Dios omnipotente,

2. di al Señor: "Eres mi fortaleza y mi refugio, eres mi Dios, en quien confío".

3. Pues él te librará de la red del cazador, de la peste mortal;

4. te cobijará bajo sus alas y tú te refugiarás bajo sus plumas; su lealtad será para ti escudo y armadura.

5. No temerás el terror de la noche ni la flecha que vuela por el día,

6. ni la peste que avanza en las tinieblas ni el azote que asola al mediodía.

7. Aunque a tu lado caigan mil, y diez mil a tu diestra, a ti no te alcanzarán.

8. Te bastará abrir los ojos, y verás que los malvados reciben su merecido,

9. ya que has puesto tu refugio en el Señor y tu cobijo en el altísimo.

10. A ti no te alcanzará la desgracia ni la plaga llegará a tu tienda,

11. pues él ordenó a sus santos ángeles que te guardaran en todos tus caminos;

12. te llevarán en sus brazos para que tu pie no tropiece en piedra alguna;

13. andarás sobre el león y la serpiente, pisarás al tigre y al dragón.

14. Porque él se ha unido a mí, yo lo liberaré; lo protegeré, pues conoce mi nombre;

15. si me llama, yo le responderé, estaré con él en la desgracia, lo libraré y lo llenaré de honores;

16. le daré una larga vida, le haré gozar de mi salvación.





“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina