43. Él los libró una y otra vez, pero ellos se obstinaban en su rebeldía y se hundían cada vez más en sus maldades.





“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina