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Isaías, 46

11. Del oriente llamo al águila; de un lejano país, al hombre que he designado. Como lo digo lo hago, como lo planeo lo ejecuto.

Wersety związane z Isaías, 46:

Isaías 46 comienza con un mensaje de Dios al pueblo de Israel, recordándoles que él es el único Dios verdadero y que no deben doblarse ante ídolos u otros dioses falsos. Dios enfatiza que él ha sido el mismo desde el principio de los tiempos y siempre cumplirá sus promesas. Insta a la gente a confiar en él y no tener miedo, ya que los protegerán y los salvarán. A continuación, cinco versos relacionados con los temas abordados en Isaías 46:

Salmo 115:3: "Pero nuestro Dios está en el cielo; él hace todo lo que le agrada". Este versículo habla sobre la soberanía y el poder de Dios, que es el mismo tema que Isaías 46.

Deuteronomio 4:35: "A ti te lo han mostrado, para que supieras que el Señor es Dios; ningún otro no es él". Moisés enfatiza que no hay dioses más que Yahweh, que es el mismo tema que Isaías 46.

Salmo 135:15-18: "Los ídolos de las naciones son plata y oro, trabajo de las manos de los hombres. Tienen boca, pero no hablan; tienen ojos, pero no ven; tienen orejas, pero no Escuche, ni hay respiración en su Boca. Similar a ellos son los que los hacen, como todos los que confían en ellos ". Este salmo describe a los ídolos que las personas adoran, contrastándolos con el Dios verdadero, que está vivo y activo.

Mateo 6:31-33: "Por lo tanto, no te preocupes por el mañana, porque mañana te preocupará por ti mismo. Tu mal es suficiente todos los días". Jesús habla sobre la importancia de confiar en Dios y no preocuparse por el futuro, que es similar al mensaje de Isaías 46.

Hebreos 13:8: "Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y eternamente". Este versículo habla sobre la inmutabilidad de Jesucristo, que es el mismo tema que Isaías 46, donde Dios enfatiza que él es el mismo desde el comienzo de los tiempos y siempre cumplirá sus promesas.





“Você deve ter sempre prudência e amor. A prudência tem olhos; o amor tem pernas. O amor, como tem pernas, gostaria de correr a Deus. Mas seu impulso de deslanchar na direção dEle é cego e, algumas vezes, pode tropeçar se não for guiado pela prudência, que tem olhos.” São Padre Pio de Pietrelcina