Salmos, 81
6. él se la impuso como norma a José, cuando salió de la tierra de Egipto. Oigo una voz desconocida que dice:
6. él se la impuso como norma a José, cuando salió de la tierra de Egipto. Oigo una voz desconocida que dice:
El Salmo 81 es un salmo de adoración en el que el salmista llama al pueblo de Dios a regocijarlo y alabarlo, recordando las maravillosas obras que ha hecho por ellos. El salmista recuerda la liberación de Egipto e insta a las personas a no olvidar los mandamientos de Dios. Los siguientes son cinco versículos relacionados con los temas cubiertos en el Salmo 81, en orden de proximidad al capítulo:
Salmo 105:42-45: "Porque recordó su Santa Palabra, y de Abraham, su sirviente. Y tomó a su pueblo de alegría, y su eligido se regocijo. Y les dio la tierra de los gentiles, y les heredaron el trabajo de los pueblos; para mantener sus estatutos y observar sus leyes. Alabado al Señor ". Este extracto del Salmo 105 también recuerda la liberación de Egipto y la entrega de la tierra prometida al pueblo de Dios.
Éxodo 20:2: "Soy el Señor tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de la servidumbre". El comienzo de los Diez Mandamientos se refiere a la liberación de Egipto, como el salmista del Salmo 81.
Salmo 78:4: "No lo cubriremos a sus hijos, mostrando a la generación futura las alabanzas del Señor, así como su fuerza y las maravillas que ha hecho". El Salmo del Salmo 78 también exhorta a las personas a recordar las maravillosas obras de Dios y enseñarles a las generaciones futuras.
Deuteronomio 6:12: "No he olvidado al Señor, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de la servidumbre". En este versículo, Moisés advierte a la gente que no olvide la liberación de Egipto y el poder de Dios.
Salmos 100:1-2: "Celebra con alegría al Señor, todas las tierras. Sirve al Señor de alegría; e entra ante él con canto". Este extracto del Salmo 100 también exhorta a la gente a regocijarse y alabar a Dios con canciones y alegría.
“O amor e o temor devem sempre andar juntos. O temor sem amor torna-se covardia. São Padre Pio de Pietrelcina
