Cantar, 6
3. Yo soy para mi amado y él es para mí: él pastorea entre los lirios. El:
3. Yo soy para mi amado y él es para mí: él pastorea entre los lirios. El:
Canciones 6 continúa la narración del amor entre el novio y la novia, destacando la belleza y la atracción mutua entre ellos. El capítulo comienza con la novia buscando a su amada y, al encontrarla, expresando su admiración por su belleza. Luego hay una descripción detallada de la apariencia física de la novia, ensalzando su belleza. A continuación hay cinco versos relacionados con los temas cubiertos en las canciones 6:
Canciones 4:7 - "Son todos hermosos, querida; no hay defecto en ti". Este versículo habla sobre la belleza de la novia, así como la descripción detallada en las canciones 6.
Proverbios 31:30 - "La belleza es engañosa, y la belleza es fugaz; pero la mujer que teme al Señor será alabada". Este versículo destaca la importancia de una belleza interna que es más valiosa que la belleza física.
1 Samuel 16:7 - "Pero el Señor le dijo a Samuel, no considere su apariencia o altura, porque lo rechacé. El Señor no ve cómo el hombre ve. El hombre ve la apariencia, pero el Señor ve el corazón". Este versículo muestra que Dios valora los corazones de las personas por encima de su apariencia.
Isaías 52:7- "Como son hermosos, en las montañas, los pies de lo que trae buenas noticias, lo que anuncia la paz, lo que trae buenas noticias de alegría y salvación, y le dice a Sión:" ¡Tu Dios reina! " Habla sobre la belleza de aquellos que predican el Evangelio, trayendo alegría y salvación.
1 Pedro 3:3-4 - "No seas la belleza al aire libre La calidad principal de tu calidad, como cabello ordenado, joyas de oro o vestidos finos. Por el contrario, sea el interior, que no perece, la belleza de un Espíritu tranquilo y tranquilo, que es de gran valor para Dios ". Este versículo destaca la importancia de una belleza interna que es duradera, a diferencia de la belleza física que se desvanece con el tiempo.
“A prática das bem-aventuranças não requer atos de heroísmo, mas a aceitação simples e humilde das várias provações pelas quais a pessoa passa.” São Padre Pio de Pietrelcina
