Salmos, 19
15. Acoge las palabras de mi boca, acepta los deseos de mi corazón, Señor, roca mía, redentor mío.
15. Acoge las palabras de mi boca, acepta los deseos de mi corazón, Señor, roca mía, redentor mío.
“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina