Fondare 210 Risultati per: nuestra

  • Pues todo lo que ha sido escrito en el pasado, lo fue para nuestra enseñanza, a fin de que por la paciencia y el consuelo que dan las Escrituras tengamos esperanza. (Romanos 15, 4)

  • Os recomiendo a Febe, nuestra hermana, que es diaconisa de la iglesia de Cencreas, (Romanos 16, 1)

  • una sabiduría divina, misteriosa, oculta, que Dios destinó para nuestra gloria antes de crear el mundo. (I Corintios 2, 7)

  • Nuestra ciencia es imperfecta, e imperfecta también nuestra profecía. (I Corintios 13, 9)

  • Y si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra predicación y vana nuestra fe. (I Corintios 15, 14)

  • Y si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe: todavía estáis en vuestros pecados; (I Corintios 15, 17)

  • Nos sentimos orgullosos de que nuestra conciencia nos asegure que nos hemos comportado con todo el mundo, y especialmente con vosotros, con la sencillez y la sinceridad que Dios da, y no por la sabiduría humana, sino por la gracia de Dios. (II Corintios 1, 12)

  • Rechazamos la desvergüenza y la hipocresía, no procedemos con astucia ni falsificamos la palabra de Dios. Decimos siempre la verdad, y esto es nuestra recomendación a toda conciencia humana delante de Dios. (II Corintios 4, 2)

  • Porque, viviendo, estamos siempre expuestos a la muerte por causa de Jesús, para que la vida de Jesús se manifieste también en nuestra carne mortal. (II Corintios 4, 11)

  • Por esto gemimos en el estado actual, deseando ardientemente ser revestidos de nuestra morada celestial, (II Corintios 5, 2)

  • Hermanos míos, ya que tenemos estas promesas, purifiquémonos de todo lo que mancha el cuerpo o el espíritu, perfeccionando nuestra consagración en el temor de Dios. (II Corintios 7, 1)

  • además fue elegido por las iglesias como compañero de nuestro viaje para esta obra de caridad, a la que nos consagramos para gloria del Señor y en prueba de nuestra buena voluntad. (II Corintios 8, 19)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina