Fondare 387 Risultati per: fin del reinado de Saúl

  • Cuando el idumeo Doeg vino a anunciar a Saúl: "David ha entrado en casa de Ajimélec". (Salmos 52, 2)

  • Cuando los cifeos vinieron a decir a Saúl que David estaba escondido entre ellos (Salmos 54, 2)

  • Al maestro de coro. Según "No destruyas". Poema de David, cuando huyendo de Saúl se escondió en la cueva (Salmos 57, 1)

  • Al maestro de coro. Según "No destruyas". Poema de David. Cuando Saúl mandó gente a vigilar su casa con ánimo de matarlo (Salmos 59, 1)

  • Alejandro murió a los doce años de su reinado. (I Macabeos 1, 7)

  • Cuando Antíoco se percató de que su reinado estaba bien consolidado, concibió la idea de apoderarse también de Egipto para reinar en las dos naciones. (I Macabeos 1, 16)

  • Llegada la hora de morir, dijo a sus hijos: "Ahora es el reinado de la soberbia y del ultraje, el tiempo del desorden y de la ira rabiosa. (I Macabeos 2, 49)

  • A la vista de un ejército tan temible, oró así: "Bendito seas tú, oh Salvador de Israel, que quebrantaste la fortaleza de un gigante por medio de tu siervo David y entregaste el ejército de los filisteos a Jonatán, hijo de Saúl, y a su escudero. (I Macabeos 4, 30)

  • Así Demetrio obtuvo el reinado el año 167. (I Macabeos 11, 19)

  • Atraviesan el desfiladero, pasan la noche en Guibeá, Ramá se sobresalta, Guibeá de Saúl se da a la fuga. (Isaías 10, 29)

  • Aquel día sucederá que Tiro será olvidada por espacio de setenta años, como la duración del reinado de un rey. Y, al cabo de setenta años, le sucederá a Tiro como a la prostituta de la canción: (Isaías 23, 15)

  • A él fue dirigida la palabra del Señor en tiempos de Josías, hijo de Amón, rey de Judá, el año trece de su reinado, (Jeremías 1, 2)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina