Fondare 387 Risultati per: fin del reinado de Saúl

  • Al comienzo del reinado de Jerjes escribieron una denuncia contra los habitantes de Judá y Jerusalén. (Esdras 4, 6)

  • Así tuvieron que suspender la reconstrucción del templo del Señor en Jerusalén, que no pudo ser reanudada hasta el año segundo del reinado de Darío, rey de Persia. (Esdras 4, 24)

  • Sin embargo, en el primer año de su reinado, Ciro, rey de Babilonia, promulgó un edicto ordenando que fuese reconstruido este templo de Dios. (Esdras 5, 13)

  • El templo fue terminado el día tres del mes de adar, el año sexto del reinado de Darío. (Esdras 6, 15)

  • Después de estos acontecimientos, en el reinado de Artajerjes, rey de Persia, Esdras, hijo de Serayas, de Azarías, de Jelcías, (Esdras 7, 1)

  • Éstos son, con su genealogía, los cabezas de familia que vinieron de Babilonia conmigo en el reinado de Artajerjes. (Esdras 8, 1)

  • Bajo el reinado de Asaradón volví a mi casa, y me devolvieron a mi mujer Ana y a mi hijo Tobías. En nuestra fiesta de pentecostés, que es la fiesta santa de las siete semanas, me prepararon un buen banquete, y yo me puse a comer. (Tobías 2, 1)

  • El año tercero de su reinado, el rey, que tenía establecido su trono real en la ciudad de Susa, (Ester 1, 2)

  • Ester fue llevada al palacio real y presentada al rey Asuero, el décimo mes, el mes tebet, en el año séptimo de su reinado. (Ester 2, 16)

  • El año cuarto del reinado de Tolomeo y Cleopatra, Dositeo, que decía ser sacerdote y levita, y su hijo Tolomeo, trajeron esta carta de purim, la declararon auténtica y dijeron que había sido traducida por Lisímaco, hijo de Tolomeo, de la comunidad de Jerusalén. (Ester 11, 1)

  • El día uno del mes de nisán del año segundo del reinado del gran rey Asuero, Mardoqueo, hijo de Yaír, hijo de Simeí, de Quis, de la tribu de Benjamín, (Ester 11, 2)

  • Al maestro de coro. Del siervo de Dios, David, que entonó a Dios este cántico después de haber sido liberado de sus enemigos, especialmente de Saúl (Salmos 18, 1)


“As almas não são oferecidas como dom; compram-se. Vós ignorais quanto custaram a Jesus. É sempre com a mesma moeda que é preciso pagá-las”. São Padre Pio de Pietrelcina