4. De la misma manera las naves, que, aun siendo tan grandes y azotadas por vientos impetuosos, son dirigidas por un pequeño timón, según la voluntad del piloto.





“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina