Talált 103 Eredmények: kilos

  • Luchó contra el rey de los amonitas y lo venció. Los amonitas le entregaron aquel años tres mil cuatrocientos kilos de plata, cuatro mil quinientas toneladas de trigo y otras tantas de cebada. La misma entrega se repitió un segundo y tercer año. (II Crónicas 27, 5)

  • El rey de Egipto lo destronó de Jerusalén e impuso al país un tributo de 3.400 kilos de plata y 34 de oro. (II Crónicas 36, 3)

  • hasta tres mil cuatrocientos kilos de plata, cuarenta y cinco toneladas de trigo, cuatro mil quinientos litros de vino cuatro mil quinientos de aceite; la sal se le dará sin tasa. (Esdras 7, 22)

  • Lo pesé y les entregué veintidós mil kilos de plata; utensilios de plata que pesaban tres mil cuatrocientos kilos; tres mil cuatrocientos kilos de oro; (Esdras 8, 26)

  • veinte copas de oro, que pesaban ocho kilos, y dos vasos de hermoso cobre dorado, preciosos como el oro. (Esdras 8, 27)

  • Por eso fui a Media y allí estuve haciendo compras para él hasta que murió. Yo había dejado en depósito a Gabael, hijo de Gabri, que vivía en Ragués de Media, trescientos kilos de plata. (Tobías 1, 14)

  • Y ahora, hijo mío, te comunico que entregué en depósito trescientos kilos de plata a Gabael, hijo de Gabri, en Ragués de Media. (Tobías 4, 20)

  • Yo daré cada año ciento ochenta kilos de plata, que se sacarán de los lugares más convenientes. (I Macabeos 10, 40)

  • Además, los sesenta kilos de plata con que se gravaban las entradas del templo quedarán para los sacerdotes que ejercen su ministerio. (I Macabeos 10, 42)

  • Jonatán pidió al rey exenciones de impuestos para Judea y para los tres distritos de Samaría, prometiéndole a cambio diez mil kilos de plata. (I Macabeos 11, 28)

  • Envíanos tres mil cuatrocientos kilos de plata y dos de sus hijos en rehenes para que, una vez puesto en libertad, no se vuelva contra nosotros. Entonces lo libertaremos". (I Macabeos 13, 16)

  • Envió los hijos y los tres mil cuatrocientos kilos de plata, pero Trifón faltó a la palabra y no puso en libertad a Jonatán. (I Macabeos 13, 19)


“Pode-se manter a paz de espírito mesmo no meio das tempestades da vida”. São Padre Pio de Pietrelcina