Talált 103 Eredmények: kilos

  • Entonces Ezequías, rey de Judá, envió a Laquis una embajada a decir al rey de Asiria: "He obrado mal. Retírate de aquí y te pagaré el tributo que me impongas". Y el rey de Asiria impuso a Ezequías, rey de Judá, unos diez mil kilos de plata y mil de oro. (II Reyes 18, 14)

  • Pero el Faraón Necó lo encadenó en Ribla, en el país de Jamat, lo destronó de Jerusalén e impuso al país un tributo de tres mil cuatrocientos kilos de plata y treinta y cuatro de oro. (II Reyes 23, 33)

  • David quitó de la cabeza de Milcón la corona de oro, que pesaba treinta y cuatro kilos; y la piedra preciosa que había en ella fue puesta en la corona de David. El botín que tomó en la ciudad fue inmenso. (I Crónicas 20, 2)

  • cien mil kilos de oro de Ofir, doscientos treinta y cinco mil kilos de plata finísima para revestir las paredes de las salas; (I Crónicas 29, 4)

  • a dar para los trabajos del templo de Dios: ciento setenta mil kilos de oro, diez mil monedas de oro, trescientos cuarenta mil kilos de plata, seiscientos diez mil kilos de bronce y tres millones cuatrocientos mil kilos de hierro. (I Crónicas 29, 7)

  • Jirán, por medio de sus servidores, le había enviado navíos y marineros expertos en las cosas del mar, que con los siervos de Salomón fueron a Ofir y trajeron unos dieciséis mil kilos de oro para el rey Salomón. (II Crónicas 8, 18)

  • Luego ofreció al rey ciento cuatro mil kilos de oro y gran cantidad de aromas y piedras preciosas. Nunca más se vio tanta cantidad de aromas como la que la reina de Sabá ofreció al rey Salomón. (II Crónicas 9, 9)

  • El peso del oro que el rey Salomón recibía cada año era de unos veintitrés mil kilos, (II Crónicas 9, 13)

  • El rey Salomón hizo 200 escudos de oro batido, empleando unos siete kilos de oro por escudo, (II Crónicas 9, 15)

  • y 300 escudos de oro batido más pequeños, a tres kilos y medio de oro cada uno; y los pusieron en la sala "Bosque del Líbano". (II Crónicas 9, 16)

  • Reclutó además cien mil hombres valerosos de Israel por tres mil cuatrocientos kilos de plata. (II Crónicas 25, 6)

  • Amasías contestó al hombre de Dios: "¿Y los tres mil cuatrocientos kilos de plata que he entregado a las tropas de Israel?". El hombre de Dios respondió: "Mucho más que eso puede darte el Señor". (II Crónicas 25, 9)


“O trabalho é tão sagrado como a oração”. São Padre Pio de Pietrelcina