Talált 265 Eredmények: haré

  • Volveré a ellos mis ojos y los haré regresar a esta tierra; los restableceré y no los volveré a destruir; los plantaré para no arrancarlos ya. (Jeremías 24, 7)

  • No corráis en pos de dioses extraños para servirlos y adorarlos; no provoquéis mi cólera con las obras de vuestras manos, y yo no os haré ningún mal. (Jeremías 25, 6)

  • Haré desaparecer de entre ellos los gritos de alegría y algazara, el canto del esposo y de la esposa, el ruido del molino y la luz de la lámpara. (Jeremías 25, 10)

  • Al cabo de estos setenta años yo castigaré al rey de Babilonia y a aquella nación -dice el Señor- por sus crímenes, así como al país de los caldeos, y haré de él una desolación eterna. (Jeremías 25, 12)

  • trataré a este templo como a Silo y haré de esta ciudad una maldición para todas las naciones de la tierra". (Jeremías 26, 6)

  • Serán transportados a Babilonia, y allí estarán hasta el día en que yo me ocupe de ellos -dice el Señor-, en que yo los haré devolver a este lugar". (Jeremías 27, 22)

  • Dentro de dos años haré devolver a este lugar todos los utensilios del templo del Señor, que Nabucodonosor, rey de Babilonia, se llevó de este lugar a Babilonia. (Jeremías 28, 3)

  • Haré también regresar a este lugar a Jeconías, hijo de Joaquín, rey de Judá, y a todos los cautivos de Judá que fueron a Babilonia -dice el Señor-. Sí, yo romperé el yugo del rey de Babilonia". (Jeremías 28, 4)

  • Porque vienen días -dice el Señor- en que haré volver a los desterrados de mi pueblo, Israel y Judá -dice el Señor-; los haré volver a la tierra que di a sus padres, y la poseerán". (Jeremías 30, 3)

  • Vienen días -dice el Señor- en que yo haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. (Jeremías 31, 31)

  • Ésta es la alianza que haré con la casa de Israel después de aquellos días -dice el Señor-: pondré mi ley en su interior, la escribiré en su corazón, y seré su Dios y ellos serán mi pueblo. (Jeremías 31, 33)

  • Yo los recogeré de todos los países en que los he arrojado en mi cólera, mi furor y mi gran indignación. Los volveré a este lugar y haré que habiten en él con seguridad. (Jeremías 32, 37)


“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina