Talált 484 Eredmények: habían
Yo derramé mi furor sobre ellos por la sangre que habían vertido en el país y por los ídolos con los cuales lo habían contaminado. (Ezequiel 36, 18)
Los siervos del rey que los habían echado en el horno no cesaban de atizar el fuego con nafta, pez, estopa y sarmientos. (Daniel 3, 46)
Los sátrapas, prefectos, gobernadores y ministros se acercaron y comprobaron que el fuego no había hecho ningún mal a la persona de aquellos jóvenes y que ni siquiera un pelo de su cabeza se había quemado, ni sus vestidos se habían alterado; más aún, ni el olor del fuego había quedado en ellos. (Daniel 3, 94)
El rey ordenó que fueran traídos y arrojados al foso de los leones aquellos hombres que habían calumniado a Daniel, ellos, sus mujeres y sus hijos. Y aún no habían tocado el suelo del foso, cuando los leones se lanzaron sobre ellos y trituraron todos sus huesos. (Daniel 6, 25)
A continuación, y siempre en mi visión nocturna, vi una cuarta bestia terrible, espantosa, extraordinariamente fuerte. Tenía enormes dientes de hierro, comía y trituraba, y lo sobrante lo pisoteaba con sus patas; era diferente de todas las otras bestias que la habían precedido y tenía diez cuernos. (Daniel 7, 7)
Pregunté también acerca de los diez cuernos que había en su cabeza y del cuerno que despuntó y ante el cual habían caído tres, de aquel cuerno que tenía ojos y una boca que profería palabras monstruosas y que aparecía mayor que los otros cuernos. (Daniel 7, 20)
Sus padres eran justos, y habían educado a su hija conforme a la ley de Moisés. (Daniel 13, 3)
Se levantaron contra los dos viejos, a quienes, por su propia boca, había convencido Daniel de falso testimonio, e hicieron con ellos lo mismo que ellos habían maquinado pérfidamente contra el prójimo. (Daniel 13, 61)
Ellos estaban tranquilos porque habían hecho debajo de la mesa una abertura secreta por la cual entraban regularmente y comían las ofrendas. (Daniel 14, 12)
Y mandó sacar del foso a Daniel y arrojar allá a los que habían tramado su ruina, los cuales fueron devorados al instante en su presencia. (Daniel 14, 42)
Al ver Dios lo que hacían y cómo se habían convertido de su mala conducta, tuvo compasión de ellos y no llevó a cabo el mal con el que los había amenazado. (Jonás 3, 10)
pues el Señor restablece la viña de Jacob y la viña de Israel; los ladrones la habían despojado, habían destruido sus sarmientos. (Nahún 2, 3)