Talált 187 Eredmények: Gob
Entonces Nehemías, el gobernador; Esdras, el sacerdote-escriba, y los levitas que instruían al pueblo dijeron a toda la asamblea: "Este día está consagrado al Señor, vuestro Dios; no estéis tristes, no lloréis". Porque todo el pueblo lloraba al escuchar las palabras de la ley. (Nehemías 8, 9)
Firman el documento los siguientes: Sacerdotes: Nehemías, el gobernador, hijo de Jacalías, y Sedecías, (Nehemías 10, 2)
Éstos vivían en tiempo de Joaquín, hijo de Josué, hijo de Yosadac, y en tiempo de Nehemías, el gobernador, y de Esdras, el sacerdote-escriba. (Nehemías 12, 26)
dio un banquete a todos los príncipes, ministros y jefes del ejército persa y medo, a los nobles y gobernadores de las provincias. (Ester 1, 3)
El trece del primer mes, el de nisán, fueron convocados los secretarios del rey para sacar copias de las órdenes reales y mandarlas a todos los sátrapas del rey, a los gobernadores de las provincias y a los jefes de cada pueblo, según la escritura de cada provincia y la lengua de cada pueblo. Las copias fueron firmadas en nombre del rey Asuero y selladas con su anillo real. (Ester 3, 12)
El día veintitrés del tercer mes, el mes de siván, fueron convocados los amanuenses del rey para escribir cartas, como quiso Mardoqueo, a los judíos, a los sátrapas, a los gobernadores y a los jefes de las ciento veintisiete provincias que se extienden desde India a Etiopía. A cada provincia en su escritura, y a cada pueblo en su lengua; a los judíos también en su escritura y en su lengua. (Ester 8, 9)
Los jefes de las provincias, los sátrapas, los gobernadores y los funcionarios reales defendían a los judíos por miedo a Mardoqueo. (Ester 9, 3)
Copia del decreto: "El gran rey Asuero a los gobernadores de las ciento veintisiete provincias, desde India hasta Etiopía, y a los jefes locales que le están sometidos: (Ester 13, 1)
Como jefe de pueblos incontables y señor de toda la tierra, no quiero abusar de la grandeza de mi poderío, sino gobernar a mis vasallos con moderación y clemencia para que pasen una vida tranquila, sin temores, y gocen de la paz tan deseada por todos los hombres. (Ester 13, 2)
nos ha informado que, disperso entre todas las naciones de la tierra, existe un pueblo odioso por sus leyes, de costumbres contrarias a las de los demás pueblos y que siempre desprecia las órdenes del rey, impidiendo así que produzcan efecto las disposiciones de gobierno que de mí emanan. (Ester 13, 4)
Copia del decreto: "El gran rey Asuero a los sátrapas y gobernadores de las ciento veintisiete provincias desde India hasta Etiopía, y a todos sus súbditos, salud. (Ester 16, 1)
Muchas veces los gobernantes se vieron envueltos en delitos irreparables y complicados en sangre inocente por haber confiado a amigos la administración de los negocios y haberse dejado influenciar por ellos, (Ester 16, 5)