Talált 915 Eredmények: Gad

  • Os hablo como a personas inteligentes: juzgad lo que os digo. (I Corintios 10, 15)

  • No de tu conciencia, sino la del otro. Pues, ¿por qué mi libertad ha de ser juzgada por conciencia ajena? (I Corintios 10, 29)

  • Juzgad vosotros mismos. ¿Es decente que la mujer ore a Dios con la cabeza descubierta? (I Corintios 11, 13)

  • Yo recibí del Señor lo que os he transmitido: Que Jesús, el Señor, en la noche que fue entregado, tomó pan, (I Corintios 11, 23)

  • Si nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos castigados. (I Corintios 11, 31)

  • Y si alguno tiene hambre, que coma en su casa, y que en vuestras reuniones no haya motivo alguno para castigaros. Lo demás lo arreglaré a mi llegada. (I Corintios 11, 34)

  • Los domingos, cada uno de vosotros separe lo que pueda, según lo que gane, sin esperar a mi llegada para hacer la colecta. (I Corintios 16, 2)

  • como desconocidos, aunque conocidos; como moribundos, aunque estamos vivos; como castigados, aunque sin ser condenados a la muerte; (II Corintios 6, 9)

  • Corintios, me he desahogado con vosotros y mi corazón se me ha ensanchado. (II Corintios 6, 11)

  • Pagadme con la misma moneda. Os digo como a hijos: ensanchad también vuestro corazón. (II Corintios 6, 13)

  • Pero Dios, que consuela a los afligidos, nos consoló con la llegada de Tito. (II Corintios 7, 6)

  • Y no sólo con su llegada, sino con el ánimo que vosotros le habíais infundido; me habló de vuestro deseo de verme, de vuestras lágrimas, de vuestro interés por mí; así que me alegré mucho. (II Corintios 7, 7)


“Faltar com a caridade¨¦ como ferir a pupila dos olhos de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina