Talált 915 Eredmények: Gad

  • Tomó todas las grasas que envuelven las entrañas, la sabanilla que recubre el hígado y los dos riñones con sus grasas, y los quemó sobre el altar. (Levítico 8, 16)

  • Tomó las grasas, la cola, todas las grasas que envuelven las entrañas, la sabanilla que recubre el hígado, los dos riñones, juntamente con sus grasas, y la pierna derecha; (Levítico 8, 25)

  • Quemó luego sobre el altar las grasas de la víctima, los riñones y la sabanilla del hígado, como el Señor había ordenado a Moisés; (Levítico 9, 10)

  • Las grasas del toro y del carnero, la cola, la grasa que cubre las entrañas, los riñones y la sabanilla del hígado, (Levítico 9, 19)

  • pondrá las dos manos sobre su cabeza, confesará sobre él todas las faltas de los israelitas, todas sus transgresiones, todos sus pecados y, una vez cargados sobre la cabeza del macho, lo mandará al desierto por medio de un hombre designado para ello; (Levítico 16, 21)

  • La tierra se ha contaminado; yo he castigado su iniquidad, y la tierra vomitará sus habitantes. (Levítico 18, 25)

  • Si uno se acuesta con una mujer que pertenece a otro como esclava y concubina sin que haya sido rescatada ni puesta en libertad, será castigado; pero no con la muerte, pues la mujer no era libre. (Levítico 19, 20)

  • "Di a los israelitas: Cualquier israelita o extranjero residente que entregue alguno de sus hijos a Moloc, será castigado con la muerte: el pueblo lo matará a pedradas. (Levítico 20, 2)

  • Yo me volveré contra ese hombre y lo extirparé de en medio de su pueblo, por haber entregado un hijo suyo a Moloc manchando mi santuario y profanando mi santo nombre. (Levítico 20, 3)

  • "El que maldiga a su padre o a su madre, será castigado con la muerte; ha maldecido a su padre o a su madre, caiga su sangre sobre él. (Levítico 20, 9)

  • En cuanto al hombre que comete adulterio con una mujer casada: el hombre que comete adulterio con la mujer de su prójimo, será castigado con la muerte, él y la mujer. (Levítico 20, 10)

  • El hombre que se acuesta con la mujer de su padre, deshonra a su propio padre; los dos serán castigados con la muerte; caiga su sangre sobre ellos. (Levítico 20, 11)


“Imitemos o coração de Jesus, especialmente na dor, e assim nos conformaremos cada vez mais e mais com este coração divino para que, um dia, lá em cima no Céu, também nós possamos glorificar o Pai celeste ao lado daquele que tanto sofreu”. São Padre Pio de Pietrelcina