Talált 236 Eredmények: Ellas
Él continuó: "No temas, Daniel, pues desde el primer día que tú, con el fin de comprender, decidiste hacer penitencia ante tu Dios, fueron escuchadas tus palabras y, debido a ellas, he venido yo. (Daniel 10, 12)
Entonces pondrá sus ojos en las ciudades marítimas y conquistará un buen número de ellas, pero un capitán pondrá fin a su prepotencia y le hará pagar cara su afrenta. (Daniel 11, 18)
Ellas hicieron lo que Susana había ordenado; cerraron las puertas del jardín y entraron en casa por una puerta lateral para traer lo que les había mandado. No sabían que los dos ancianos estaban allí escondidos. (Daniel 13, 18)
Así hacíais vosotros con las hijas de Israel, y ellas accedían por miedo a vuestros deseos; pero una hija de Judá no ha soportado vuestra iniquidad. (Daniel 13, 57)
Todavía continúan pecando; imágenes fundidas se han hecho con su plata, figuras de ídolos de su invención, obras todas de artesanos. Hablan con ellas, ofrecen sacrificios y envían besos a becerros. (Oseas 13, 2)
Por tanto, esto dice el Señor, Dios omnipotente: "En todas las plazas habrá lamentos y en todas las calles dirán: ¡Ay, ay! Y convocarán al campesino al duelo y a lamentaciones a los expertos en ellas. (Amós 5, 16)
Terminaban ellas de comer la hierba de la tierra, cuando yo dije: "¡Señor Dios, perdona, te ruego! ¿Cómo podrá subsistir Jacob, siendo tan pequeño?". (Amós 7, 2)
Codician campos y los roban, casas y se apoderan de ellas; hacen violencia al hombre y a su casa, al dueño y a su propiedad. (Miqueas 2, 2)
Él será árbitro entre pueblos numerosos, y juzgará a naciones poderosas y lejanas; ellas cambiarán sus espadas en azadas y sus lanzas en podaderas; no empuñará más la espada pueblo contra pueblo ni se adiestrarán más en la guerra. (Miqueas 4, 3)
Ahora se han juntado contra ti numerosas naciones. Ellas dicen: "Que sea profanada para que nuestros ojos puedan contemplar la ruina de Sión". (Miqueas 4, 11)
En aquel tiempo exterminaré a todos tus opresores; salvaré a las cojas, recogeré a las extraviadas, y haré de ellas un objeto de gloria y renombre en todos los países donde fueron despreciadas. (Sofonías 3, 19)
Yo levantaré mi mano contra ellas, y serán presa de los que eran sus esclavos. Entonces sabréis que el Señor omnipotente me ha enviado. (Zacarías 2, 13)