Talált 355 Eredmények: guerra santa

  • Pero me compadeceré de la casa de Judá, y los salvaré por el Señor, su Dios. No los salvaré por medio del arco, ni de la espada, ni de las armas de guerra, ni tampoco por medio de caballos y jinetes". (Oseas 1, 7)

  • Yo estableceré para ellos, en aquel día, una alianza con los animales del campo, con las aves del cielo y los reptiles de la tierra; extirparé del país el arco, la espada y la guerra, y haré que descansen seguros. (Oseas 2, 20)

  • ¡Desde los días de Guibeá, tú has pecado, Israel! ¡Allí se han quedado! ¿No los sorprenderá en Guibeá la guerra contra los injustos? (Oseas 10, 9)

  • ¡Toquen la trompeta en Sión, hagan sonar la alarma en mi Montaña santa! ¡Tiemblen todos los habitantes del país, porque llega el Día del Señor, porque está cerca! (Joel 2, 1)

  • como un estrépito de carros de guerra que saltan sobre la cima de los montes; como el crepitar de la llama ardiente que devora la hojarasca; como un pueblo fuerte en orden de batalla. (Joel 2, 5)

  • Publiquen esto entre las naciones: ¡Santifíquense para el combate! ¡Animen a los valientes! ¡Que se presenten y suban todos los hombres de guerra! (Joel 4, 9)

  • Así ustedes sabrán que yo soy el Señor, su Dios, que habito en Sión, mi santa Montaña. Jerusalén será un lugar santo, y los extranjeros no pasarán más por ella. (Joel 4, 17)

  • yo incendiaré los muros de Rabá y el fuego consumirá sus palacios, entre gritos de guerra, en un día de combate, entre la borrasca, en un día de tempestad; (Amós 1, 14)

  • yo enviaré fuego contra Moab y él consumirá los palacios de Queriot; Moab morirá en el tumulto, entre gritos de guerra, al sonido de la trompeta; (Amós 2, 2)

  • Sí, como ustedes bebieron sobre mi Montaña santa, así beberán sin cesar todas las naciones: ¡beberán y se hartarán, y serán como si nunca hubieran existido! (Abdías 1, 16)

  • Desde hace tiempo, mi pueblo se erige en enemigo; ustedes arrancan el manto de encima de la ropa a los que pasan confiados, al volver de la guerra. (Miqueas 2, 8)

  • Así habla el Señor contra los profetas que extravían a mi pueblo: Cuando sus dientes tienen algo que morder, ellos gritan: "¡Paz!". Pero al que no les llena la boca, le declaran la guerra santa. (Miqueas 3, 5)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina