Talált 165 Eredmények: Nación

  • Pero ahora estoy viejo, mientras que ustedes, por la misericordia del Cielo, están en la mejor edad. Ocupen mi puesto y el de mi hermano, salgan a combatir por nuestra nación y que la ayuda del Cielo esté con ustedes”. (I Macabeos 16, 3)

  • De este modo, Eleazar deja al morir, no sólo a los jóvenes, sino a la nación entera, su propia muerte como ejemplo de generosidad y como recuerdo de virtud. (II Macabeos 6, 31)

  • Yo, como mis hermanos, entrego mi cuerpo y mi alma por las leyes de nuestros padres, invocando a Dios para que pronto se muestro propicio con nuestra nación y para que te haga confesar, a fuerza de aflicciones y golpes, que él es el único Dios. (II Macabeos 7, 37)

  • Y por una resolución votada públicamente, ordenaron que toda la nación de los judíos celebrara cada año esta misma fiesta. (II Macabeos 10, 8)

  • deseosos de que también esta nación esté tranquila, decretamos que su Santuario sea restituido a su primitivo estado y que ellos se gobiernen de acuerdo con las costumbres de sus antepasados. (II Macabeos 11, 25)

  • en primer lugar, sinceramente preocupado por los intereses del rey y, en segundo lugar, por consideración hacia mis compatriotas. A causa de la conducta irreflexiva de los hombres ya mencionados, toda nuestra nación padece no pocos infortunios. (II Macabeos 14, 8)

  • Por eso, ya que tú eres el rey, una vez que te informes detalladamente de todo esto, vela por nuestro país y nuestra nación amenazados por todas partes, de acuerdo con los sentimientos humanitarios que demuestras hacia todos. (II Macabeos 14, 9)

  • Dicho esto, se fue. Los sacerdotes, con las manos extendidas hacia el cielo, invocaron a Aquel que había combatido incesantemente en favor de nuestra nación, diciendo: (II Macabeos 14, 34)

  • La justicia exalta a una nación, pero el pecado es la vergüenza de los pueblos. (Proverbios 14, 34)

  • ¡Ay de ti, nación, si tu rey es un joven y tus príncipes comen desde la mañana! (Eclesiastés 10, 16)

  • ¡Feliz de ti, nación, si tienes por rey a un noble de nacimiento, y tus príncipes comen cuando es debido, para reparar sus fuerzas y no para embriagarse! (Eclesiastés 10, 17)

  • Ella liberó de una nación opresora a un pueblo santo, a una raza irreprochable. (Sabiduría 10, 15)


“Que Nossa Senhora nos obtenha o amor à cruz, aos sofrimentos e às dores.” São Padre Pio de Pietrelcina