Talált 165 Eredmények: Nación

  • Por eso, yo voy a suscitar contra ustedes, casa de Israel -oráculo del Señor, Dios de los ejércitos- una nación que los oprimirá, desde la Entrada de Jamat hasta el torrente de la Arabá. (Amós 6, 14)

  • Él será juez entre pueblos numerosos y árbitro de naciones poderosas, hasta las más lejanas. Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas. No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra. (Miqueas 4, 3)

  • De las tullidas, haré un resto, y de las alejadas, una nación poderosa. Y el Señor reinará sobre ellas en la montaña de Sión, desde ahora y para siempre. (Miqueas 4, 7)

  • Por eso, juro por mi vida -oráculo del Señor de los ejércitos, Dios de Israel- Moab quedará como Sodoma y los amonitas como Gomorra: un campo de cardos, una mina de sal, una tierra desolada para siempre. El resto de mi pueblo los saqueará, lo que quede de mi nación los heredará. (Sofonías 2, 9)

  • Entonces Ageo tomó la palabra y dijo: "¡Así es este pueblo! ¡Así es esta nación delante de mí! -oráculo del Señor-. ¡Así es toda la obra de sus manos! ¡Y lo que ellos ofrecen aquí es impuro!". (Ageo 2, 14)

  • Sobre ustedes pesa una maldición, porque ustedes, la nación entera, me defraudan. (Malaquías 3, 9)

  • En efecto, se levantará nación contra nación y reino contra reino. En muchas partes habrá hambre y terremotos. (Mateo 24, 7)

  • Se levantará nación contra nación y reino contra reino. En muchas partes, habrá terremotos y hambre. Este será el comienzo de los dolores del parto. (Marcos 13, 8)

  • porque ama a nuestra nación y nos ha construido la sinagoga». (Lucas 7, 5)

  • Después les dijo: «Se levantará nación contra nación y reino contra reino. (Lucas 21, 10)

  • Si lo dejamos seguir así, todos creerán en él, y los romanos vendrán y destruirán nuestro Lugar santo y nuestra nación». (Juan 11, 48)

  • ¿No les parece preferible que un solo hombre muera por el pueblo y no que perezca la nación entera?». (Juan 11, 50)


Uma filha espiritual perguntou a Padre Pio: “O Senhor cura tantas pessoas, por que não cura esta sua filha espiritual?” Padre Pio respondeu-lhe em voz baixa: “E não nos oferecemos a Deus?” São Padre Pio de Pietrelcina