Talált 165 Eredmények: Nación

  • Toda la nación de los justos se estremeció: aterrorizados por su desgracia, ellos se dispusieron a perecer y clamaron a Dios. (Ester 11, 9)

  • nos ha advertido que entre todas las tribus expandidas por la tierra se ha mezclado un pueblo hostil, opuesto por sus leyes a toda otra nación, que desdeña constantemente las órdenes reales, hasta el punto de ser un obstáculo para la cohesión del reino que nosotros dirigimos de manera irreprochable. (Ester 13, 4)

  • Por eso, considerando que esta nación tan singular se encuentra en conflicto constante con todos los hombres; que lleva una vida aparte, en conformidad con sus leyes extrañas; y que su hostilidad contra nuestros intereses le hace cometer los peores crímenes, comprometiendo así la estabilidad del reino: (Ester 13, 5)

  • se benefició con los sentimientos de humanidad que manifestamos hacia cualquier nación, hasta el punto de ser llamado nuestro "padre" y de ver que todo el mundo se postraba ante él, porque había obtenido el segundo lugar en el reino. (Ester 16, 11)

  • Con toda clase de argucias, reclamó la pena de muerte para Mardoqueo, nuestro salvador y constante bienhechor, para Ester, nuestra irreprochable consorte real, y para su nación entera. (Ester 16, 13)

  • ¡Feliz la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él se eligió como herencia! (Salmos 33, 12)

  • Dicen: "Vamos a eliminarlos como nación, que ya ni se mencione el nombre de Israel". (Salmos 83, 5)

  • cuando iban de nación en nación y pasaban de un reino a otro pueblo, (Salmos 105, 13)

  • para que vea la felicidad de tus elegidos, para que me alegre con la alegría de tu nación y me gloríe con el pueblo de tu herencia. (Salmos 106, 5)

  • Porque es preferible para nosotros morir en el combate que ver las desgracias de nuestra nación y del Santuario. (I Macabeos 3, 59)

  • Tendamos la mano a estos hombres, y hagamos la paz con ellos y con toda su nación. (I Macabeos 6, 58)

  • Cada año confían a un solo hombre el poder y el dominio sobre toda la nación, y todos le obedecen, sin que haya entre ellos envidias ni celos. (I Macabeos 8, 16)


“É preciso amar, amar e nada mais”. São Padre Pio de Pietrelcina