Talált 545 Eredmények: �Nadie

  • ¿Acaso nadie te ha hecho saber lo que hice, cuando Jezabel mataba a los profetas de Yavé, y cómo oculté a cien de ellos en dos cuevas, cincuenta en cada una, y los alimenté con pan y agua? (1 Reyes 18, 13)

  • Pasado el mediodía cayeron en trance hasta la hora en que se ofrecen los sacrificios de la tarde, pero no se escuchó a nadie que les diera una respuesta o una señal de aceptación. (1 Reyes 18, 29)

  • y le dijeron: «Aquí hay entre nosotros cincuenta hombres valientes. Deja que vayan en busca de Elías, no sea que el espíritu de Yavé lo haya dejado en alguna montaña o valle.» El les dijo: «No manden a nadie.» (2 Reyes 2, 16)

  • Uno de los oficiales dijo: «No, rey mi señor, nadie de nosotros te ha traicionado, sino que Eliseo, el profeta que hay en Israel, revela a su rey hasta las palabras que tú has dicho en tu dormitorio.» (2 Reyes 6, 12)

  • Se levantaron al anochecer para ir al campamento, pero cuando lo alcanzaron no encontraron allí a nadie. (2 Reyes 7, 5)

  • Al llegar llamaron a los guardias de la ciudad, diciéndoles: «Hemos ido al campamento y no hay nadie, ninguna huella de hombre, sólo los caballos y burros atados y las tiendas sin tocar.» (2 Reyes 7, 10)

  • En cuanto a Jezabel, nadie la sepultará y los perros la devorarán en el campo de Jezrael.» El joven abrió la puerta y huyó. (2 Reyes 9, 10)

  • Joram se había retirado a Jezrael para mejorar de sus heridas recibidas en el combate. Jehú dijo: «Si les parece, no dejen salir a nadie de la ciudad, no sea que vaya a avisar al rey en Jezrael.» (2 Reyes 9, 15)

  • Su cadáver servirá de abono a la tierra y nadie podrá decir: Esta es Jezabel.» (2 Reyes 9, 37)

  • El mayordomo del palacio, el comandante de la ciudad, los jueces y los preceptores mandaron a Jehú esta respuesta: «Somos siervos tuyos, haremos lo que tú digas. No proclamaremos rey a nadie; haz tú lo que mejor te parezca.» (2 Reyes 10, 5)

  • Es que Yavé había visto la miseria amarga en extremo de Israel. Ya no había nadie, ni esclavo, ni libre, que ayudara a Israel. (2 Reyes 14, 26)

  • El pueblo guardó silencio y nadie le respondió, pues ésta era la orden del rey: «No le respondan nada.» (2 Reyes 18, 36)


“Esforce-se, mesmo se for um pouco, mas sempre…” São Padre Pio de Pietrelcina