Talált 545 Eredmények: �Nadie

  • pero sin la fe es imposible agradarle, pues nadie se acerca a Dios si antes no cree que existe y que recompensa a los que lo buscan. (Carta a los Hebreos 11, 6)

  • Procuren estar en paz con todos y progresen en la santidad, pues sin ella nadie verá al Señor. (Carta a los Hebreos 12, 14)

  • No se dejen engañar por las novedades y las doctrinas extrañas a la fe. La gracia de Dios es un buen medio para fortalecer la vida interior; no cuenten con otros alimentos de los que nadie sacó provecho. (Carta a los Hebreos 13, 9)

  • Que nadie diga en el momento de la prueba: «Dios me quiere echar abajo.» Porque Dios está a salvo de todo mal y tampoco quiere echar abajo a ninguno. (Carta de Santiago 1, 13)

  • Pero nadie ha sido capaz de dominar la lengua. Es un azote que no se puede detener, un derrame de veneno mortal. (Carta de Santiago 3, 8)

  • Ustedes lo aman sin haberlo visto; ahora creen en él sin verlo, y nadie sabría expresar su alegría celestial (1º Carta de Pedro 1, 8)

  • pues en ustedes permanece la unción que recibieron de Jesucristo, y no necesitan que nadie venga a enseñarles. El les ha dado la unción, y ella les enseña todo; ella es verdad y no mentira. Así, pues, quédense con lo que les ha enseñado. (1º Carta de Juan 2, 27)

  • A Dios no lo ha visto nadie jamás, pero si nos amamos unos a otros, Dios está entre nosotros y su amor da todos sus frutos entre nosotros. (1º Carta de Juan 4, 12)

  • Escribe al ángel de la Iglesia de Filadelfia: Así habla el Santo, el Verdadero, el que guarda la llave de David: si él abre, nadie puede cerrar, y si cierra, nadie puede abrir. (Apocalipsis 3, 7)

  • Sé lo que vales; he abierto ante de ti una puerta que nadie podrá cerrar, pues, por pocas que sean tus fuerzas, has guardado mi palabra y no has renegado de mí. (Apocalipsis 3, 8)

  • Vengo pronto. Mantén con firmeza lo que tienes, para que nadie te arrebate la corona. (Apocalipsis 3, 11)

  • Al vencedor lo pondré como columna en el Templo de mi Dios, de donde nadie lo sacará. Grabaré en él el nombre de mi Dios, el nombre de la ciudad que baja del cielo, la nueva Jerusalén que viene de Dios, y mi nombre nuevo. (Apocalipsis 3, 12)


“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina