Löydetty 300 Tulokset: familia de Manasés

  • En Transjordania, al este de Jericó, en la meseta del desierto: Béser, de la tribu de Rubén; Ramot Galaad, de la tribu de Gad, y Golán-Basán, de la tribu de Manasés. (Josué 20, 8)

  • Los jefes de familia de los levitas se presentaron en Silo, en el país de Canaán, al sacerdote Eleazar, a Josué, hijo de Nun, y a los jefes de familia de las tribus de Israel, (Josué 21, 1)

  • a los otros hijos de Quehat, por clanes, les tocaron diez ciudades de las tribus de Efraín, de Dan y de la media tribu de Manasés. (Josué 21, 5)

  • A los hijos de Guersón, por clanes, les tocaron diez ciudades de las tribus de Isacar, de Aser, de Neftalí y de la media tribu de Manasés, en Basán. (Josué 21, 6)

  • De la media tribu de Manasés: Tanac y Yibleán, con sus respectivos ejidos: dos ciudades. (Josué 21, 25)

  • A los clanes levitas descendientes de Guersón se les dio, de la media tribu de Manasés, como refugio para los homicidas: Golán, en Basán, y Astarot, con sus respectivos ejidos: dos ciudades. (Josué 21, 27)

  • Josué convocó a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés (Josué 22, 1)

  • Moisés había dado a la media tribu de Manasés un territorio en Basán; a la otra media se lo dio Josué en medio de sus hermanos, en Cisjordania. Y cuando Josué los envió a sus tiendas, los bendijo, (Josué 22, 7)

  • Los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés dejaron a los israelitas en Silo, en la tierra de Canaán, para ir a la tierra de Galaad, la tierra de su heredad, donde ellos se habían establecido, según la orden que el Señor había dado por medio de Moisés. (Josué 22, 9)

  • Llegó a oídos de los israelitas que los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés habían levantado un altar en la frontera de Canaán, junto al Jordán, en territorio israelita; (Josué 22, 11)

  • con diez jefes, uno por cada una de las tribus de Israel, cabezas de familia. (Josué 22, 14)

  • Se presentaron a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés en Galaad, y les dijeron: (Josué 22, 15)


“Seja grato e beije docemente a mão de Deus. É sempre a mão de um pai que pune porque lhe quer bem” São Padre Pio de Pietrelcina