Löydetty 95 Tulokset: encontró
Josías eliminó también a los nigromantes, los adivinos, los ídolos familiares, los fetiches y todas las monstruosidades que se veían en el país de Judá y en Jerusalén, para cumplir las palabras de la Ley, escritas en el libro que el sacerdote Jilquías encontró en la Casa del Señor. (II Reyes 23, 24)
El jefe de los hebronitas era Ieriías. En el año cuarenta del reinado de David, se hicieron averiguaciones sobre las genealogías de los hebronitas, y se encontró entre ellos a hombres valerosos en Iezer de Galaad. (I Crónicas 26, 31)
Mientras Jehú hacía justicia con la familia de Ajab, se encontró con los jefes de Judá y con los hijos de los hermanos de Ocozías, que estaban a su servicio, y los mató. (II Crónicas 22, 8)
Mientras retiraban el dinero recaudado para la Casa del Señor, el sacerdote Jilquías encontró el libro de la Ley promulgada por Moisés. (II Crónicas 34, 14)
y se encontró en Ecbátana, la fortaleza situada en la provincia de los medos, un rollo redactado en estos términos: "Memorándum: (Esdras 6, 2)
Aquel día, se leyó el libro de Moisés en presencia del pueblo, y en él se encontró escrito: "El amonita y el moabita no entrarán jamás en la asamblea de Dios, (Nehemías 13, 1)
Tobías salió a buscar un buen guía, que conociera el camino para ir con él a Media. Afuera encontró al ángel Rafael, que estaba de pie frente a él y, sin sospechar que era un ángel de Dios, (Tobías 5, 4)
Mandaron adelante a la sirvienta, encendieron la lámpara y abrieron la puerta. Ella entró y los encontró a los dos juntos, profundamente dormidos. (Tobías 8, 13)
Como nadie respondía, descorrió la cortina, penetró en el dormitorio y lo encontró muerto, tendido sobre el umbral y decapitado. (Judit 14, 15)
Tu servidora no encontró la felicidad desde que cambió de condición hasta el presente, a no ser junto a ti, Señor, Dios de Abraham. (Ester 14, 18)
Hasta el gorrión encontró una casa, y la golondrina tiene un nido donde poner sus pichones, junto a tus altares, Señor del universo, mi Rey y mi Dios. (Salmos 84, 4)
Tomó también la plata, el oro, los objetos de valor y todos los tesoros que encontró escondidos. (I Macabeos 1, 23)